Leí una noticia sin eco en los medios: “El dictamen por el que el exjefe paramilitar Ramón Isaza no seguirá asistiendo a audiencias de Justicia y Paz”. Medicina Legal certificó que Isaza tiene “párkinson y un trastorno neurocognitivo grave” y ya no atenderá más diligencias judiciales. Supongo que ese diagnóstico también le impide ser gestor de paz, rol que ostenta desde noviembre por decisión del Gobierno Nacional.
El periodista Juan Camilo Gallego Castro publicó en 2024 La grieta, un libro sobre Ramón Isaza y Manuel Buitrago, quienes pasaron de ser vecinos y amigos de parranda en la zona rural de Puerto Triunfo, a convertirse en enemigos. Con ayuda de la Cuarta Brigada, Isaza creó en 1977 “Los Escopeteros”, un grupo que luego se convirtió en las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio. Por su parte, su vecino Manuel Buitrago integró el frente Carlos Alirio Buitrago, del ELN, llamado así en memoria de los dos hijos que Isaza le mató.
En el prólogo de La grieta, el sacerdote Francisco de Roux recuerda “cuando subí a Medellín por el camino de Cisneros para ver a Álvaro Uribe, gobernador de Antioquia, y decirle que parara a las Convivir porque Ramón Isaza era un paramilitar. Me respondió que estaba equivocado y seguiría apoyándolos”.
Ramón Isaza tiene hoy 84 años. El libro cuenta que vive en Casa Azul, en Doradal, rodeado de guardaespaldas y enfermo de hipertensión, diabetes, párkinson y escoliosis. Tuvo siete hijos, 22 nietos y 11 bisnietos, pero sus cuatro hijos hombres tuvieron un destino delincuencial: Ovidio, alias Roque, está en la cárcel desde 2012 esperando una orden de extradición; Omar y John Kennedy murieron asesinados en los años 90; y Oliverio, alias Terror, se desmovilizó con su papá en 2004, pagó como él ocho años de cárcel y este sábado murió en una operación de la Policía contra el Clan del Golfo en San Luis, Antioquia.
El Informe de la Comisión de la Verdad le puso cifras, nombres y datos a la legendaria amnesia de Ramón Isaza, quien muchas veces respondió en los tribunales “no recuerdo”, con una memoria selectiva que le permitió señalar únicamente a personas fallecidas. Su ejército de casi mil hombres cometió 2.112 hechos violentos, entre los que se cuentan 1.154 homicidios, 304 desapariciones forzadas, 85 torturas, 548 desplazamientos forzados, 188 secuestros y 118 casos de violencia sexual.
La Unidad para la Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas ha encontrado víctimas suyas en cementerios del oriente de Caldas y Antioquia, pero es posible que muchos cuerpos no aparezcan porque su costumbre fue arrojarlos a los ríos La Miel y Magdalena. ¿A quiénes? Ramón Isaza no recuerda.
En 2020 el Centro Nacional de Memoria Histórica publicó el informe Isaza, el clan paramilitar, que describe la magnitud de la crueldad que ejerció, pero habla también de sus respaldos. No fue solo la Cuarta Brigada. El informe menciona a la Asociación de Campesinos y Ganaderos del Magdalena Medio, Acdegam, y al proyecto hidroeléctrico Hidromiel, construido por Odebrecht. ¿Quiénes integran la lista de militares, empresarios, comerciantes, ganaderos y políticos que lo financiaron y apoyaron? Ramón Isaza ya no va a recordar.
Por Adriana Villegas Botero
