Si fuera cierto que Alberto Santofimio fue amigo de Rodrigo Lara Bonilla pero no de Pablo Escobar, como proclama impunemente en entrevistas, Santofimio estaría muerto. Porque quienes lucharon contra Escobar, contra el crimen organizado y contra la corrupción fueron asesinados. Basta citar a tres: Rodrigo Lara Bonilla, Guillermo Cano y Luis Carlos Galán.
Es una cínica infamia que Santofimio venga a elogiar a Lara Bonilla (“Le doy el mérito a quien logró desentrañar los vínculos de Pablo Escobar con la ilegalidad. Esa persona es Rodrigo Lara”) porque Santofimio estuvo al servicio de Escobar.
En enero de 1983 Juan José Hoyos, corresponsal de El Tiempo en Medellín, se topó con Santofimio en la Hacienda Nápoles, junto con Ernesto Lucena Quevedo, Jorge Tadeo Lozano y Jairo Ortega Ramírez. Cuando Pablo Escobar fue a saludar a los congresistas, “todos sin excepción se levantaron como si fuera el 20 de julio y el presidente de la República acabara de hacer su entrada al Salón Elíptico del Capitolio Nacional”, escribió Juan José Hoyos.
Hay razones para sospechar que los vínculos de Santofimio y Escobar venían de antes. Tenían el mismo abogado.
Cuando Santofimio estuvo preso por los contratos falsos que firmó como presidente de la Cámara de Representantes, su abogado, Humberto Barrera Domínguez, logró sacarlo de la cárcel en 1979 alegando que la resolución 398 delegaba los contratos en los subalternos de Santofimio. Luego se descubrió que la resolución había sido falsificada para acomodarla a favor de Santofimio.
En 1983, el abogado que Pablo Escobar contrató para denunciar a Rodrigo Lara Bonilla por acusarlo de formar parte del MAS (Muerte a Secuestradores) se llamaba Humberto Barrera Domínguez.
Es una vileza que Santofimio diga que fue “amigo cercano” de Lara Bonilla, pues cuando Pablo Escobar y Jairo Ortega Ramírez acusaron a Lara Bonilla por el cheque de Evaristo Porras, Santofimio se solidarizó con el montaje y afirmó que sobre el entonces ministro de Justicia pesaba “la duda moral”.
Según Santofimio: “El señor Escobar no tenía antecedentes de ninguna naturaleza”. Falso de toda falsedad. La fotografía de Escobar se publicó en 1976 en El Espectador cuando fue detenido por el DAS con cocaína. Escobar mandó matar al director del DAS en Antioquia que ordenó la captura y a los agentes que la realizaron.
Protesta Santofimio porque se le condenó por el asesinato de Galán con el testimonio de un delincuente, Popeye. Pero Santofimio también es un delincuente desde hace 40 años. Los hampones y mafiosos no dejan constancia de sus decisiones en actas de junta directiva. Solo queda el testimonio.
Calaron tan hondo desde hace tanto tiempo la perfidia y las mentiras de Alberto Santofimio Botero que si lo acusan del asesinato de Gaitán, de Uribe Uribe o de Lincoln nadie saldrá a defenderlo.