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Estado de calma

Aldo Civico
05 de marzo de 2024 - 02:00 a. m.

Esta semana escribo desde una franja de tierra en las periferias de Dubái, en la frontera con el desierto. Me encuentro en una finca dedicada al rescate de caballos; estos son equinos que fueron empleados en competencias durante años y posteriormente desechados al volverse incapaces de complacer el ego competitivo de sus propietarios. Con el objetivo de salvarlos de un destino marcado por el abandono, el maltrato o una muerte prematura, Amira les brinda refugio y cuidados en su propiedad.

Aquí hoy tuve el placer de conocer a Sarim, un majestuoso Warmblood australiano de pelaje blanco, distinguido por su largo y curvado cuello y una noble presencia. Sarim ha sido seleccionado para impartir una clase magistral de liderazgo a mi cliente, un alto directivo de Abu Dabi. La elección se debe a que, por su naturaleza social y su comportamiento dentro del grupo, los caballos encarnan cualidades esenciales del liderazgo. De hecho, son expertos en comunicación no verbal, utilizando señales corporales sutiles para manifestar sus intenciones y emociones. Su forma de liderar se cimenta en la confianza y el respeto mutuo, no en la dominación o el miedo. Además, poseen una extraordinaria sensibilidad hacia las emociones de sus congéneres y responden adecuadamente a las necesidades de otros miembros del grupo. Por encima de todo, los caballos viven plenamente en el presente, conscientes de su entorno en todo momento. Es precisamente esta faceta del liderazgo la que mi cliente desea explorar.

Observo que, cuando mi cliente logra mantenerse tranquilo y firme a la vez, Sarim y otros caballos se acercan a él, como si su energía serena los atrajera. Al señalar esto, se desencadena una profunda conversación sobre su liderazgo, destacando cómo consigue dar lo mejor de sí al mantener la calma, incluso en medio del caos. Recordando que, en el Corán, "la vía recta" representa el camino que Allah ha establecido para vivir de forma justa y ética, sugiero a mi cliente que la tranquilidad es la vía recta del líder, un estado esencial al que volver cada vez que nos desviamos. Estas palabras resuenan profundamente en él.

A lo largo de la sesión, Sarim ejemplifica la calma, manteniendo su cabeza y cuello bajos, masticando y parpadeando suavemente. Permanece inmóvil durante varios minutos, disfrutando del sol, mientras apoya la punta de uno de sus cascos traseros en el suelo. Reflexionamos con mi cliente sobre cómo la calma es fundamental para un líder al tomar decisiones, manejar el estrés, inspirar al equipo, comunicarse de manera efectiva, adaptarse a cambios inesperados y, en última instancia, ejercer una influencia positiva. Herman Hesse decía: “Dentro de ti hay una tranquilidad y un refugio al que puedes retirarte en cualquier momento y ser tú mismo”. Es a este estado al que debemos regresar siempre que sea necesario para liderarnos a nosotros mismos y a los demás con excelencia.

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Flaco Botero(43174)06 de marzo de 2024 - 12:27 p. m.
La teoria de Gabriel Tarde en todo su esplendor y practicidad, articulando etología equina con sociabilidad y liderazgo. A propósito: Tarde afirmaba que el caballo era el único animal doméstico que tenía nalgas...
María(00713)05 de marzo de 2024 - 08:25 p. m.
Excelente.
Alvaro(78612)05 de marzo de 2024 - 04:20 p. m.
Muchas gracias Siempre es muy agradable leer su columna
Atenas(06773)05 de marzo de 2024 - 03:29 p. m.
Aldo, interesante teoría q’ encuentra acomodo en la realidad del mundo de los mamíferos y en cuyas sociedades prevalece siempre un macho alfa; pa confirmarlo tomemos el entorno de los caninos e inevitable/ habrá un perro q’ los lidera, e igual en los felinos…y así se configura su permanencia. Y dado q’ mi experiencia y trayectoria laboral toca con el mundo empresarial, lo q’ afirmas es lo q’ subyace en el juego mental del inversionista o emprendedor.Atenas.
Watasabi(56195)05 de marzo de 2024 - 02:36 p. m.
Esquilmando ingenuos, ¿cuánto cobrará el señor Civico por mirar unos caballos viejos y echarle semejante carretazo al sultán?
  • Duncan Darn(84992)06 de marzo de 2024 - 07:17 p. m.
    Apenitas , el ario mono y piel aperlada, con la ética de una ameba.
  • Flaco Botero(43174)06 de marzo de 2024 - 12:32 p. m.
    Escríbale a él preguntándole con respeto por su oficio. Por ejemplo: "Señor Cívico, me intersa conocer más de esa forma suya de trabajar. Deseo no pecar de ingenuo pero también de no ser descortés con usted." Y así verá cómo en vez de ganar mal humor, conseguirá, de pronto un buen amigo y, por qué no: un buen trabajo... para no ingenuos.
  • Mar(60274)06 de marzo de 2024 - 01:17 a. m.
    Atenas y usted peor, creyendo que decirle indígena es un insulto, usted esta igual que watabasi.
  • francisco(75560)05 de marzo de 2024 - 07:16 p. m.
    que pobreza mental la de Watasabi
  • Atenas(06773)05 de marzo de 2024 - 03:32 p. m.
    Y este Watasabi, alías indígena, bien refleja su precariedad mental q’ le es inherente. Atenas.
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