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Maurizio Costanzo

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Aldo Civico
28 de febrero de 2023 - 02:05 a. m.
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Fue en 1991, cuando el periodista Maurizio Costanzo estaba en el escenario del Teatro Parioli en Roma desde donde conducía un programa televisivo que llevaba su nombre. De su pantalón sacó un encendedor que utilizó para prenderle fuego a una camiseta blanca con la frase “Mafia made in Italy” en letras negras; fue un gran gesto simbólico que expresaba el deseo de erradicar la mafia del país. Un mes antes, la mafia había asesinado en Palermo al empresario Libero Grassi. Meses después la Cosa Nostra asesinó también a los fiscales Giovanni Falcone y Paolo Borsellino. El mismo Falcone, junto a otros máximos representantes de la antimafia en Italia, había sido invitado por Costanzo a denunciar y desmitificar la Cosa Nostra. Era una operación de resistencia cultural, que estaba teniendo efecto. Los ciudadanos se estaban uniendo para rebelarse en contra de la mafia, un fenómeno innovador. En aquella década fuimos testigos privilegiados de un nuevo despertar de la conciencia cívica y Maurizio Costanzo jugó un papel fundamental.

Por ende, el jefe de la Cosa Nostra, Totò Riina, no podía tolerar este cambio de conciencia de los italianos. No podía soportar que un fiscal como Giovanni Falcone estuviera sentado en el escenario del Maurizio Costanzo Show (que millones de italianos vieron durante 40 años cada noche) al lado de actores, cantantes, escritores. No podía permitir que la narrativa antimafia se convirtiera en hegemónica. “Costanzo me enojó”, dijo Riina, utilizando una expresión vulgar italiana. El 14 de mayo de 1993, un año después de la masacre contra Falcone, un carro bomba con 70 kilos de explosivos estalló cerca del Teatro Parioli mientras Costanzo transitaba en su carro. La hesitación del terrorista retardó unos segundos la detonación y salvó la vida del periodista y la de su mujer. “Un periodista tiene el deber de denunciar”, dijo hace unos años, recordando este atentado.

Maurizio Costanzo murió el viernes pasado, a los 84 años, dejando a todo un pueblo en luto. Miles de personas han desfilado frente a su ataúd para presentar sus respetos. Costanzo no fue solamente un periodista, sino también un guionista, un letrista, un buscador de talentos. Fue un ícono de la cultura popular italiana durante medio siglo. Tuve el honor de ser uno de los 500.000 invitados que Maurizio Costanzo entrevistó durante 40 años. Fue en 1994, cuando presenté mi primer libro, la biografía del jesuita Ennio Pintacuda, un pionero de la antimafia en Italia. Tenía tan solo 25 años y en aquella ocasión descubrí en Costanzo a una persona simple, tremendamente curiosa, de trato fácil, accesible. Su personalidad fue parte de su éxito y nos deja un legado importante: que todos los que hacen periodismo, cultura, entretenimiento tienen la responsabilidad de promover una cultura ciudadana democrática, que rechaza el crimen, la violencia y la corrupción.

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