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Pausa, plenitud, placer


Aldo Civico
09 de julio de 2024 - 05:05 a. m.
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Llegué a Estocolmo buscando una pausa en medio del torbellino de la vida moderna. Una amiga me llevó a conocer el Rosendals Trädgård, un lugar donde la naturaleza y la tranquilidad se abrazan en un remanso de paz. Fue como adentrarse en un mundo donde la belleza de la naturaleza no solo se observa, sino que se vive y se siente. Caminé descalzo por los jardines, practicando el grounding, esa sencilla pero poderosa técnica de conectar físicamente con la tierra. Sentir la hierba húmeda bajo mis pies y la textura de la tierra fue un recordatorio de nuestra conexión primigenia con el planeta.

De hecho, el grounding no es solo una moda pasajera. La ciencia ha demostrado que esta práctica tiene efectos profundos en nuestra salud. Absorber los electrones de la Tierra ayuda a nuestro cuerpo a neutralizar radicales libres, reducir la inflamación y promover la salud cardiovascular. Más allá de los estudios, sentí cómo el estrés y la ansiedad se desvanecían, reemplazados por una calma que necesitaba sentir. Pero Rosendals Trädgård no solo es un refugio para el espíritu, sino también un festín para el cuerpo. El café del jardín ofrece platos preparados con ingredientes frescos y orgánicos, muchos de ellos cultivados allí mismo. Recuerdo una ensalada que parecía una paleta de colores, con verduras crujientes, una carne de cerdo desmochada, que deleitaban tanto la vista como el paladar. Comer allí fue un acto de celebración de la vida. La comida sana y deliciosa es una de las formas más puras de placer, un recordatorio de que la nutrición y el disfrute no son mutuamente excluyentes.

Epicuro habría estado de acuerdo. Su filosofía, a menudo malinterpretada, en realidad aboga por la moderación y el disfrute de placeres simples y sostenibles. La tranquilidad, la ausencia del sufrimiento y el disfrute consciente de los placeres cotidianos son los verdaderos caminos hacia una vida feliz y equilibrada. En Rosendals, recordé esta enseñanza. Cada bocado, cada respiro, cada paso descalzo era un tributo a esa filosofía de vida.

Mi estadía en Estocolmo me enseñó el valor de la pausa. En un mundo que valora la velocidad y la productividad, encontré en Rosendals Trädgård un recordatorio de la importancia del equilibrio. Volví a mi vida cotidiana con una promesa, buscar momentos para reconectar con la naturaleza y conmigo mismo, practicando grounding en el jardín de mi casa, preparando comidas que no solo nutren mi cuerpo, sino que también alimentan mi alma. Rosendals Trädgård no fue solo un destino, fue una experiencia transformativa. Celebré que el verdadero bienestar está en la armonía entre cuerpo y mente, en la conexión con la naturaleza y en el placer de las cosas simples. Tomar un respiro en Estocolmo no solo fue un descanso, sino un momento de renovación, porque en cada pausa, en cada momento de conexión, hay una oportunidad para encontrar el verdadero placer y la plenitud.

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Alvaro(31173)09 de julio de 2024 - 08:28 p. m.
Aquí al intentar esta técnica, de conexión con la tierra en un parque es muy fácil, encontrarse con materia fecal de perro.
humberto(4167)09 de julio de 2024 - 05:28 p. m.
Este anda bien perdido y cada semana con cuento diferente, ubiquese. Carne de cerdo, comida sana?
LUZ(o3wxw)09 de julio de 2024 - 03:38 p. m.
Què bien por usted don Aldo, ¿Sabe cuànto le costarìa a un colombiano ir al Rosendals Trädgârd, a buscar un momento de renovaciòn? o ¿serà lo mismo ir el Parque Nacional?
Atenas(06773)09 de julio de 2024 - 02:48 p. m.
De los placeres derivados de una vida contemplativa, lo cual es resultado de procesos q’ hay q’ surtir y q’ en modo alguno los hemos iniciado en estos pagos olvidados de Dios; y, ah, tiempos q’ tendrán q’ discurrir pa apenas sí verlos iniciar dado los palos en las ruedas q’ pone nefasta ideología empeñada como está, y lo ha hecho, en tirar por la borda cualquier asomo de esperanza. Atenas.
  • Gines(86371)09 de julio de 2024 - 09:51 p. m.
    ¿Quién viene por lana, atenitas? ¿Me trago cual tilde? ¿Acaso he puesto signos de admiración, para convertir la frase en exclamativa? La coma según atenitas no va después de “surtir”. ¡Ay Dios mio! Con razón tu gramática es de anciano nonagenario y cuasi senil. ¿Inventaste una nueva gramática, lacayo torpe? Con razón eliminas tus comentarios, ¿no aguantas el castigo, escudero? Recuerda: ¡La letra con sangre entra! ¡Sorry, escudero torpe!¡
  • Atenas(06773)09 de julio de 2024 - 07:34 p. m.
    Viene x lana y sale trasquilado el intrascendente Yines de P....ura caca al cometer el yerro de corregir lo q' es incapaz de colegir como corresponde a un buen lector:1.Vuelve y se traga la tilde al qué inicial de una frase exclamativa: qué comentario...2. La coma q' cita después de surtir se la tiene q' comer xq sería error de redacción 3.El tal artículo q' pide después de nefasta no casa xq a propósito me abstuve de ser concreto pa no aludir a qué sabida ideología me refería.Bye, tontín.Atenas
  • Gines(86371)09 de julio de 2024 - 03:41 p. m.
    Que comentario tan ostentoso y vacuo a la vez. Después de “surtir” va una coma, el adjetivo “nefasta” va precedido de un artículo, animal, escudero brutico. ¿Ves cómo te corrijo tus faltas gramaticales? Eso sin contar lo vacuo y superfluo de un comentario gaseoso. ¡Como todo lo que sale de tu magro magin! ¡La letra con sangre entra! ¡Sorry, escudero atenitas!
Dagoberto(51763)09 de julio de 2024 - 01:15 p. m.
Un artículo estimulante por la relación que establece entre cuerpo y naturaleza y por una manera nada convencional de buscar el equilibrio. Ahí está el verde de las montañas, la quietud del páramo, la inmensidad de desiertos y mares. Y el pedacito de jardín que contiene el universo.
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