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Sesgos dañinos

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Aldo Civico
17 de octubre de 2023 - 02:05 a. m.
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Existe algo profundamente distorsionado cuando nuestra ideología nos permite solidarizarnos con las víctimas de un grupo, pero nos impide sentir el dolor de las víctimas de la otra orilla. Observar el mundo a través de un solo color no facilita la paz, sino que profundiza el cisma. Nos divorciamos de nuestra humanidad cada vez que enfrentamos un conflicto como si fuera un partido de fútbol, volviéndonos hinchas de una sola parte; perpetuamos en nuestra mentes los límites divisorios que profundizan un conflicto. De esta manera, en lugar de ser agentes de paz nos convertimos en activistas de guerra.

La hora oscura que están viviendo los pueblos israelí y palestino es un ejemplo. Es triste constatar la incapacidad emocional de políticos y estudiosos de izquierda para empatizar con las inocentes víctimas civiles israelíes que sufrieron la violencia atroz de Hamás. Decepciona verlos imposibilitados para condenar una violencia que nada tiene que ver con valores de resistencia y descolonización. Como escribió el periódico progresista Haaretz, “matar a golpes a un trabajador inmigrante filipino con una pala no es un acto de liberación; matar a tiros a una mujer beduina que huye con un hiyab no es resistencia; asesinar y profanar el cuerpo de un joven ciudadano alemán no tiene que ver con la liberación; masacrar a una familia israelí de seis miembros en su casa, abrir fuego contra jóvenes que bailan en el desierto… no es valentía”. Cometemos una injusticia con el propio pueblo palestino y su causa al identificarlos con la ideología y las acciones de Hamás, que desde el 2006 impone su orden en Gaza y no ha permitido elecciones democráticas en casi dos décadas.

De la misma manera, la solidaridad con Israel no puede pasar por alto las humillantes condiciones de vida de dos millones de palestinos en Gaza, ni subvalorar la grave crisis humanitaria que están experimentando en estas horas. La indignación por la violencia de Hamás tiene que estar acompañada por una crítica severa de las políticas de Israel, que se ha negado a ofrecer a los palestinos un Estado real, seguridad e igualdad de oportunidades económicas y políticas. No se puede desconocer que el presidente Netanyahu tiene su responsabilidad en lo que ha pasado.

Si empatizamos con ambos pueblos y su condición de vida, en lugar de racionalizar las posiciones de poder de gobiernos y grupos terroristas, deberíamos condenar la violencia de Hamás y, al mismo tiempo, solidarizarnos con el pueblo palestino, criticar al Gobierno de Israel y comprender el derecho a la seguridad del pueblo israelí. Deberíamos rechazar la violencia y solidarizarnos con las víctimas de ambas orillas, en nombre de la misma humanidad que compartimos. Abogar por la paz requiere la capacidad de contener a la vez en nuestro corazón el dolor, los derechos y las necesidades de ambos pueblos. No es fácil, pero es el trabajo necesario, si la paz es nuestro propósito. De lo contrario, solo vamos a alimentar las lógicas divisorias que alimentan la guerra.

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Jorge(69952)17 de octubre de 2023 - 10:47 p. m.
Floja columna que cae en lo que cuestiona. Es evidente que toma partido por una orilla: la de un Estado organizado que está cometiendo un genocidio.
Magdalena(45338)17 de octubre de 2023 - 09:58 p. m.
Me parece muy inteligente su columna por este llamado a la cordura.sin embargo es muy sesgado cuando recrimina solo a la izquieda.No se trata de tomar partido,sino de condenar a los criminales,que tanto daño hacen a la población.Llamense de derecha o izquierda
José(9532)17 de octubre de 2023 - 09:16 p. m.
Curioso que el columnista define a la izquierda como sectaria y no alude a la derecha que defiende a raja tabla el genocidio de 70 años o más de israel sobre los palestinos.
  • Usuario(51538)17 de octubre de 2023 - 09:41 p. m.
    Es que la pseudo izquierda del señor Petro ha sido alcahueta, tolerante, con las acciones terroristas de Hamás. Ni siquiera ha tenido el valor de salir a decir que se equivocó; pero este tipo de comparaciones estúpidas en el fondo lo que pretenden es, de alguna manera, justificar nuestro discurso sectario. En este caso, tanto la izquierda radical como la rancia ultraderecha han puesto sus sesgos por encima de consideraciones netamente humanistas.
CARLOS(lcggj)17 de octubre de 2023 - 08:38 p. m.
De acuerdo, por razones éticas y morales, todos los seres humanos sin excepción, debemos condenar sin tapujos, los excesos, las bajezas, los abusos, las ocupaciones, los actos terroristas, las violaciones del derecho internacional humanitario, etc., que realizan las minorías extremistas de ambos lados. Esas actuaciones funestas y despreciables no tienen justificación alguna.
Luis(70640)17 de octubre de 2023 - 08:21 p. m.
De conocerse la historia de ambos pueblos, fácil resulta el tomar partido por uno de ellos. Sin embargo, preciso es decir que ambos profesan disimiles religiones que dificultan mas su coexistencia pacifica. Fue la ONU la que concedió un delimitado territorio como indemnización a las víctimas del genocidio Nazi y que una vez allí, ese pueblo ahora Estado de Israel, se han convertido en el invasor bárbaro de los palestinos. Aceptando que el acto ofensivo de Hamas es terrorista no cambia nada.
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