La restitución de tierras es el resultado de un esfuerzo monumental hecho por un equipo de 1.500 personas, en su mayoría mujeres, que trabajan en 17 oficinas territoriales, con expertos catastrales, sociales y jurídicos, que han tenido que reconstruir los planos prediales, los antecedentes de tenencia, la composición familiar, los hechos victimizantes y los contextos del conflicto armado en los que ocurrió el despojo o venta forzada por violencia, que les quitó su tierra a los finqueros y campesinos durante casi tres décadas, a partir de 1991.
La Unidad de Restitución de Tierras se organizó a partir del Proyecto de Protección de Tierras Despojadas que con apoyo del Banco Mundial adelantó Acción Social desde 2003, que se trasladó al Ministerio de Agricultura, dirigido por Juan Camilo Restrepo, quien logró la aprobación de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras en el Congreso. La decisión del presidente Santos y del ministro Restrepo fue la de crear una agencia estatal moderna y eficiente, alejada del clientelismo político, comprometida con las víctimas, pero cuidadosa de respetar los derechos de propiedad adquiridos de buena fe y sin el uso de la fuerza.
La tarea ha superado obstáculos enormes, empezando por la informalidad y el atraso del catastro, el oportunismo de falsos reclamantes, las ventas sucesivas que pierden el rastro de los despojadores en el registro de propiedad y la incapacidad de otras agencias estatales del sector rural para concurrir en el esfuerzo. A esto se sumaron el clima político adverso a la restitución, la persistencia de organizaciones armadas y oficinas de sicarios a disposición de quienes despojaron tierras, y el abandono estatal en los territorios de retorno de los desplazados.
El secreto del éxito de la Unidad de Restitución fue la escogencia de Ricardo Sabogal Urrego para liderarla, y su permanencia, con pleno respaldo presidencial, durante siete años, hasta el final del gobierno de Juan Manuel Santos. Ricardo Sabogal es abogado de la Universidad Nacional, fue alcalde de San Bernardo, Cundinamarca, y trabajó ocho años en el proyecto de protección de tierras antes de asumir la dirección de la Unidad. Además de una sólida formación jurídica, Ricardo es un líder con sentido de trabajo en equipo, empeñado en la formación y promoción de sus funcionarios, a quienes rodeó de facilidades para desempeñar sus tareas, dotó las instalaciones con tecnología de punta, contó con un genio matemático para estructurar todos los sistemas de información y un equipo de dirección de lujo, que quedó a cargo de Alcelis Coneo, anterior subdirectora antes del retiro de Sabogal.
El trabajo de la Unidad ha permitido incluir en el registro de tierras despojadas más de un millón de hectáreas cuya restitución ha sido solicitada a los jueces y tribunales, de las cuales 302.000 hectáreas han sido devueltas a 40.000 personas, y también descartar cerca de la mitad de las reclamaciones, que no cumplían las condiciones establecidas por la ley. Con esto silencian las críticas de quienes temieron que la restitución fuera el pretexto para que las tierras quedaran en manos de las Farc, como sostuvieron en su momento José Félix Lafaurie y Alejandro Ordóñez.
Queda en cabeza del presidente Iván Duque la responsabilidad de mantener el impulso y los altos niveles de eficiencia de la Unidad de Restitución, cuya existencia va hasta el 2021, para culminar la tarea de reparar a las víctimas de despojo de tierras y con eso continuar la construcción de la paz en los territorios afectados por el conflicto armado.
alejandroreyesposada.wordpress.com
La restitución de tierras es el resultado de un esfuerzo monumental hecho por un equipo de 1.500 personas, en su mayoría mujeres, que trabajan en 17 oficinas territoriales, con expertos catastrales, sociales y jurídicos, que han tenido que reconstruir los planos prediales, los antecedentes de tenencia, la composición familiar, los hechos victimizantes y los contextos del conflicto armado en los que ocurrió el despojo o venta forzada por violencia, que les quitó su tierra a los finqueros y campesinos durante casi tres décadas, a partir de 1991.
La Unidad de Restitución de Tierras se organizó a partir del Proyecto de Protección de Tierras Despojadas que con apoyo del Banco Mundial adelantó Acción Social desde 2003, que se trasladó al Ministerio de Agricultura, dirigido por Juan Camilo Restrepo, quien logró la aprobación de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras en el Congreso. La decisión del presidente Santos y del ministro Restrepo fue la de crear una agencia estatal moderna y eficiente, alejada del clientelismo político, comprometida con las víctimas, pero cuidadosa de respetar los derechos de propiedad adquiridos de buena fe y sin el uso de la fuerza.
La tarea ha superado obstáculos enormes, empezando por la informalidad y el atraso del catastro, el oportunismo de falsos reclamantes, las ventas sucesivas que pierden el rastro de los despojadores en el registro de propiedad y la incapacidad de otras agencias estatales del sector rural para concurrir en el esfuerzo. A esto se sumaron el clima político adverso a la restitución, la persistencia de organizaciones armadas y oficinas de sicarios a disposición de quienes despojaron tierras, y el abandono estatal en los territorios de retorno de los desplazados.
El secreto del éxito de la Unidad de Restitución fue la escogencia de Ricardo Sabogal Urrego para liderarla, y su permanencia, con pleno respaldo presidencial, durante siete años, hasta el final del gobierno de Juan Manuel Santos. Ricardo Sabogal es abogado de la Universidad Nacional, fue alcalde de San Bernardo, Cundinamarca, y trabajó ocho años en el proyecto de protección de tierras antes de asumir la dirección de la Unidad. Además de una sólida formación jurídica, Ricardo es un líder con sentido de trabajo en equipo, empeñado en la formación y promoción de sus funcionarios, a quienes rodeó de facilidades para desempeñar sus tareas, dotó las instalaciones con tecnología de punta, contó con un genio matemático para estructurar todos los sistemas de información y un equipo de dirección de lujo, que quedó a cargo de Alcelis Coneo, anterior subdirectora antes del retiro de Sabogal.
El trabajo de la Unidad ha permitido incluir en el registro de tierras despojadas más de un millón de hectáreas cuya restitución ha sido solicitada a los jueces y tribunales, de las cuales 302.000 hectáreas han sido devueltas a 40.000 personas, y también descartar cerca de la mitad de las reclamaciones, que no cumplían las condiciones establecidas por la ley. Con esto silencian las críticas de quienes temieron que la restitución fuera el pretexto para que las tierras quedaran en manos de las Farc, como sostuvieron en su momento José Félix Lafaurie y Alejandro Ordóñez.
Queda en cabeza del presidente Iván Duque la responsabilidad de mantener el impulso y los altos niveles de eficiencia de la Unidad de Restitución, cuya existencia va hasta el 2021, para culminar la tarea de reparar a las víctimas de despojo de tierras y con eso continuar la construcción de la paz en los territorios afectados por el conflicto armado.
alejandroreyesposada.wordpress.com