Critiqué en una columna anterior el trabajo de la Agencia Nacional de Tierras y hoy quiero destacar el dinamismo que ha cobrado bajo la dirección de Felipe Harman y su equipo directivo, quienes se han tomado en serio la misión de acelerar la Reforma Rural Integral en los territorios campesinos, indígenas y negros. El presidente Petro ha aumentado el presupuesto, pese a las restricciones fiscales, y hace seguimiento a los avances de ejecución. Harman ha mostrado ser un director dinámico y ha volcado el esfuerzo hacia los territorios, corrigiendo una deficiencia estructural que la Agencia tuvo desde su diseño inicial, que centralizaba todo en Bogotá. No solo ha reforzado las oficinas regionales, sino incluso ha abierto oficinas municipales de tierras en algunas de ellas.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Critiqué antes el excesivo número de contratistas, sin tener en cuenta que las cifras estaban infladas porque se referían a contratos, muchos de corta duración, que al renovarse aparecían como nuevos contratistas cuando eran las mismas personas. El trabajo se refleja en las cifras que publicó El Espectador el domingo 22 de diciembre, que superan con mucho las de los cuatrienios anteriores, aunque solo ha transcurrido la mitad del período. Mientras el gobierno Santos formalizó apenas 265.000 hectáreas y el de Duque 1′072.000, el de Petro ha formalizado 1′254.000 hectáreas, de una meta total de siete millones. En adquisición de tierras, el gobierno Petro ha logrado acopiar 428.000 hectáreas, el de Duque 18.000 y el de Santos apenas 17.800, de una meta de tres millones de hectáreas en 15 años. Además, la ANT logró que le aprobaran, desde noviembre de este año, la entrega de proyectos productivos en las nuevas tierras entregadas, como lo viene haciendo desde el gobierno Santos la Unidad de Restitución de Tierras por decisión del exministro Juan Camilo Restrepo.
Uno de los indicadores más destacados es el número de comités municipales de reforma agraria, que subió a 424, reflejando la mayor participación del campesinado en el diseño y ejecución local de la reforma rural. La ANT ha logrado constituir 176 resguardos indígenas nuevos y 76 titulaciones colectivas de comunidades negras. Mientras el gobierno Santos creó una zona de reserva campesina y el de Duque ninguna, el gobierno actual ha creado 13 zonas, con un total de 564.000 hectáreas. Estos resultados muestran que se ha fortalecido la participación de las organizaciones campesinas territoriales en la reforma agraria, lo cual valoriza el trabajo de los líderes sociales.
Estos resultados positivos revelan la actividad notable del nuevo director, Felipe Harman, quien tuvo la nobleza de explicarme su estrategia para impulsar la reforma agraria luego de haber criticado su gestión. Él, que ha sido activista en defensa de los trabajadores petroleros en el Meta y Santander, y luego alcalde de Villavicencio, donde formalizó la tenencia de la tierra de pobladores urbanos informales, ha demostrado ahora ser un activista de los derechos campesinos a la tierra.