Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Recomendado

                                      Contenido exclusivo

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Empleos

                                                                                                    Descuentos

                                                                                                      Idiomas

                                                                                                      Cursos y programas

                                                                                                        Más

                                                                                                        Cromos

                                                                                                          Vea

                                                                                                            Blogs

                                                                                                              Especiales

                                                                                                                Descarga la App

                                                                                                                  Edición Impresa

                                                                                                                    Suscripción

                                                                                                                      Eventos

                                                                                                                        Pauta con nosotros

                                                                                                                          Avisos judiciales

                                                                                                                            Preguntas Frecuentes

                                                                                                                              Contenido Patrocinado
                                                                                                                              07 de septiembre de 2013 - 06:00 p. m.

                                                                                                                              Volver a La Macarena

                                                                                                                              HACE 25 AÑOS LLEGUÉ POR PRIMERA vez a La Macarena, un pueblito con pista y río. Viajé desde San José del Guaviare en una canoa con motor de 30 caballos. Un día entero navegando río arriba.

                                                                                                                              Al comienzo todo fue emoción, la selva siempre es excitante, transmite una vibración desde sus oscuros adentros. Lo más duro fue el paso del raudal, un estrecho de rocas enormes que impone al río —semejante gigante— el cauce. En su centro había una piedra llamada La Tonina que sobresalía y dividía el cauce en dos. Las canoas tenían que orillarse y hacer una cabriola para evitar un naufragio. No había salvavidas, la guerrilla no lo exigía. Pasado el raudal, se volvía a respirar y a mirar las yarumeras de las orillas. De tanto en tanto cruzaba otra canoa. Había pocos puertos: El Cafre, Nueva Colombia, La Cachivera. Desde los barrancos aparecían de trecho en trecho destacamentos guerrilleros que saludaban si el motorista era conocido; si no, obligaban a las lanchas a detenerse y a sus pasajeros a identificarse. El control era riguroso.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              La Macarena tenía cinco manzanas, una droguería, tres graneros, cinco cantinas. No había Fuerza Pública. El avión —un DC-3 reluciente— de vez en cuando traía víveres, gasolina y correo. Salir a ver el aterrizaje de ese monstruo era el gran programa. Mirar quiénes llegaban y suponer a qué venían los pocos forasteros era un juego de azar. La colonización había invadido el Parque Nacional. Un millón de hectáreas de selva. Los colonos vivían del aserrío de maderas finas, del pescado y del maíz. El ritmo del pueblo lo imponían las corrientes poderosas, y en verano solemnes, del río. De vez en cuando se oía lejana una motosierra. Los domingos algunos vecinos iban a bañarse a Caño Cristales y había riña de gallos.

                                                                                                                              Hace dos semanas regresé con mi nieta Antonia. Viajamos por Satena —siempre incumplida— porque hacerlo por río es casi imposible. El paso por el raudal está prohibido, pese a que dinamitaron La Tonina. Es obligatorio el salvavidas y hoy no hay línea diaria de San José a La Macarena. Los puertos son hoy pueblos; la guerrilla no se ha ido, pero ya no está a la vista. La gente viaja en avión con maletas de cuero, sombreritos de explorador y tiquetes de regreso. El día de nuestra llegada había once avionetas y tres aviones DC-3, brillantes como peces. El pueblo tiene 25 manzanas, circulan por él camiones, volquetas, buses, carros y mil motos. Hay soldados de todos los rangos por todos lados. Miran y miran. Llegan helicópteros y aviones artillados. Dicen en la región que hay 14.000 soldados y tienden a aumentar al ritmo del turismo y de la ganadería. Cuando estuvimos, el general invierno dominaba. La paja de las sabanas estaba verde y las algas estaban en todo su esplendor. Pero había cientos de turistas vigilados discretamente por un destacamento del Ejército. Mi nieta y yo no tuvimos ningún tropiezo, pero al ritmo que van las cosas se podría llegar a imponer el modelo imperante en Machu Picchu, donde los “operadores de turismo” monopolizan el negocio, desde los vuelos hasta los hoteles, pasando por los permisos. De todas maneras, Caño Cristales y en general el Parque Nacional Natural de La Macarena son auténticas joyas. La comunidad ha impedido la entrada de cadenas hoteleras y de grandes firmas de turismo, pero el peligro ronda.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              La coca está de capa caída, el pueblo vive una nueva bonanza que tiene su apogeo entre julio y noviembre. Al llegar el verano, el calor seca las algas y desaparecen los visitantes, lo que, dicho sea de paso, no disminuye la actividad militar. Los helicópteros suenan día y noche; llegan y salen aviones, se ven gringos, las descargas en el polígono hacen pensar que los combates no están muy lejos. Mi nieta, que no entendía qué pasaba ni por qué, me preguntó: “Abuelo, ¿por qué los soldados nos miran como si todos fuéramos malos?”. No pude responderle.

                                                                                                                              HACE 25 AÑOS LLEGUÉ POR PRIMERA vez a La Macarena, un pueblito con pista y río. Viajé desde San José del Guaviare en una canoa con motor de 30 caballos. Un día entero navegando río arriba.

                                                                                                                              Al comienzo todo fue emoción, la selva siempre es excitante, transmite una vibración desde sus oscuros adentros. Lo más duro fue el paso del raudal, un estrecho de rocas enormes que impone al río —semejante gigante— el cauce. En su centro había una piedra llamada La Tonina que sobresalía y dividía el cauce en dos. Las canoas tenían que orillarse y hacer una cabriola para evitar un naufragio. No había salvavidas, la guerrilla no lo exigía. Pasado el raudal, se volvía a respirar y a mirar las yarumeras de las orillas. De tanto en tanto cruzaba otra canoa. Había pocos puertos: El Cafre, Nueva Colombia, La Cachivera. Desde los barrancos aparecían de trecho en trecho destacamentos guerrilleros que saludaban si el motorista era conocido; si no, obligaban a las lanchas a detenerse y a sus pasajeros a identificarse. El control era riguroso.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              La Macarena tenía cinco manzanas, una droguería, tres graneros, cinco cantinas. No había Fuerza Pública. El avión —un DC-3 reluciente— de vez en cuando traía víveres, gasolina y correo. Salir a ver el aterrizaje de ese monstruo era el gran programa. Mirar quiénes llegaban y suponer a qué venían los pocos forasteros era un juego de azar. La colonización había invadido el Parque Nacional. Un millón de hectáreas de selva. Los colonos vivían del aserrío de maderas finas, del pescado y del maíz. El ritmo del pueblo lo imponían las corrientes poderosas, y en verano solemnes, del río. De vez en cuando se oía lejana una motosierra. Los domingos algunos vecinos iban a bañarse a Caño Cristales y había riña de gallos.

                                                                                                                              Hace dos semanas regresé con mi nieta Antonia. Viajamos por Satena —siempre incumplida— porque hacerlo por río es casi imposible. El paso por el raudal está prohibido, pese a que dinamitaron La Tonina. Es obligatorio el salvavidas y hoy no hay línea diaria de San José a La Macarena. Los puertos son hoy pueblos; la guerrilla no se ha ido, pero ya no está a la vista. La gente viaja en avión con maletas de cuero, sombreritos de explorador y tiquetes de regreso. El día de nuestra llegada había once avionetas y tres aviones DC-3, brillantes como peces. El pueblo tiene 25 manzanas, circulan por él camiones, volquetas, buses, carros y mil motos. Hay soldados de todos los rangos por todos lados. Miran y miran. Llegan helicópteros y aviones artillados. Dicen en la región que hay 14.000 soldados y tienden a aumentar al ritmo del turismo y de la ganadería. Cuando estuvimos, el general invierno dominaba. La paja de las sabanas estaba verde y las algas estaban en todo su esplendor. Pero había cientos de turistas vigilados discretamente por un destacamento del Ejército. Mi nieta y yo no tuvimos ningún tropiezo, pero al ritmo que van las cosas se podría llegar a imponer el modelo imperante en Machu Picchu, donde los “operadores de turismo” monopolizan el negocio, desde los vuelos hasta los hoteles, pasando por los permisos. De todas maneras, Caño Cristales y en general el Parque Nacional Natural de La Macarena son auténticas joyas. La comunidad ha impedido la entrada de cadenas hoteleras y de grandes firmas de turismo, pero el peligro ronda.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              La coca está de capa caída, el pueblo vive una nueva bonanza que tiene su apogeo entre julio y noviembre. Al llegar el verano, el calor seca las algas y desaparecen los visitantes, lo que, dicho sea de paso, no disminuye la actividad militar. Los helicópteros suenan día y noche; llegan y salen aviones, se ven gringos, las descargas en el polígono hacen pensar que los combates no están muy lejos. Mi nieta, que no entendía qué pasaba ni por qué, me preguntó: “Abuelo, ¿por qué los soldados nos miran como si todos fuéramos malos?”. No pude responderle.

                                                                                                                              Ver todas las noticias
                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
                                                                                                                              Aceptar