Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

¿Etapa prechavista?

Alvaro Forero Tascón

13 de julio de 2020 - 12:00 a. m.

“Prechavista” —la figura retórica usada por el expresidente Álvaro Uribe— no es solo otra muestra de la política napalm que ejercen los dos populismos, de derecha y de izquierda. También es un cuchillo de doble filo.

PUBLICIDAD

Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO

¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar

Por una parte, relanza la estrategia electoral del uribismo en 2018 contra Gustavo Petro —frenar el “castrochavismo”—, con la que reemplazó su propuesta política de casi 15 años contra las Farc, que se había agotado con el desmonte del conflicto político armado. Se parece a la de Donald Trump, que a falta de qué ofrecer nuevo, ni resultados que mostrar, está empezando a presentarse como el muro contra una supuesta conspiración de izquierda radical.

Por la otra, invoca unas condiciones de la Venezuela de fin del siglo XX, que pueden, ahora sí, replicarse en Colombia en los próximos años. Condiciones políticas que vienen incubándose desde 2013, y sociales que se agravarán en la pospandemia. Equivalentes, guardadas las proporciones, a las que sirvieron de caldo de cultivo para que Hugo Chávez llegara al poder. Chávez sostenía que su ambición política surgió con el Caracazo, el estallido social de 1989 generado por las medidas económicas tomadas por Carlos Andrés Pérez para complacer al Fondo Monetario Internacional y a las calificadoras internacionales de riesgo. Una crisis socioeconómica que implicó el regreso a la pobreza de millones de venezolanos después de décadas del boom petrolero. Paralela a otra crisis, la política, generada por la división del establecimiento y una polarización extrema.

Porque el periodo prechavista no solo se compone de la agitación populista del caudillo. También, de las condiciones que lo catapultan al poder. El populismo solo surge a partir de crisis, pero no son estas las que llevan a los populistas al poder. Es el mal manejo de las crisis. A Chávez se le impulsó torpemente con medidas de austeridad exageradas y con el colapso de los partidos políticos.

Las similitudes con la Colombia que podemos tener en las elecciones presidenciales de 2022 pueden ser mayores de lo que parece. En lo económico, una crisis social de grandes proporciones, como parece que va a ser lo quede de la pandemia. Los pronósticos económicos de la OCDE para el país son sombríos, por lo que pide medidas oportunas y ambiciosas, lo contrario a lo que viene haciendo el ministro de Hacienda. El principal problema será el desempleo, que ya es el más alto de la OCDE. En Chile subió durante la crisis menos de la mitad que Colombia, en parte porque ha gastado el doble en mitigar el daño. Pero lo grave es que si la economía queda más golpeada que otras que manejaron mejor la crisis, la recuperación será más lenta y el castigo de las calificadoras de riesgo, más doloroso.

Read more!

Y en lo político, el partero del populismo de izquierda fue el populismo de derecha radical del uribismo contra la “élite política corrupta” de la “mermelada santista”, que Gustavo Petro actualiza ahora con el “fraude electoral” y amplía a la “élite económica corrupta”. Se necesitan mutuamente, y mantendrán la polarización y el personalismo que destruye a los partidos y las instituciones.

Sería una paradoja que lo que el uribismo llamó la “entrega al castrochavismo” no la hiciera Santos con su reformismo modernizante, sino el uribismo con su parálisis retardataria.

Read more!
Conoce más
Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.