Si algunos tenían dudas sobre si el enfrentamiento agrio con Gustavo Petro lo detendría, lo doblegaría o bloquearía sus políticas, la reacción del presidente al hundimiento de la reforma a la salud mostró que no. Que, al contrario, lo radicalizó, ya no solo en el discurso, sino en el ejercicio del poder presidencial.
En algunos era una duda ingenua. En una columna de hace 10 meses decía: “Quienes cantan victoria porque bloquearon la discusión de la reforma (…) en el Congreso olvidan que eso solo genera presiones al Gobierno para que adopte algunas de las medidas por decreto. Muchas cosas no se pueden hacer por decreto, pero muchas...