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Antioquia, la desbocada

Ana Cristina Restrepo Jiménez

18 de octubre de 2024 - 12:05 a. m.
Alcalde de Medellín, 'Fico' Gutiérrez, y gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón.
Foto: Gobernación Antioquia

Antioquia se precia de cabalgar sin derramar el tinto de la taza. Pero, a este paso, está a punto de desbocarse.

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Desde el siglo XIX, iniciativas como la Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín delinearon un triángulo virtuoso constituido por el Estado, la empresa privada y el sector social. Sin pretender la privatización de lo público, dicha acción política buscaba robustecer a la sociedad civil y ampliar conversaciones ciudadanas; espíritu similar al de lugares como Washington D.C.

Ese triángulo se desfigura y transforma en un círculo vicioso cuando la acción política ciudadana muta al proselitismo o al “lobby empresarial”, que con tino criticó la filósofa Beatriz Restrepo Gallego. Es evidente que el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, no ha sido sometido –ni por la prensa local, ni por el empresariado, ni por organizaciones como Proantioquia o la veeduría Todos por Medellín*, TPM– al escrutinio que recibió el exalcalde Daniel Quintero (situación que motivó la renuncia de dos integrantes del Consejo Asesor de TPM, críticos de ambos mandatos).

Tenemos mucho que agradecerle a Victoria Dávila. Su reciente gira –“periodística” / electoral / lo-que-surja– destapó las cartas: la complacencia de entidades como Comfama, Proantioquia o la Universidad EAFIT evidenció una alineación más de política partidista/electoral que de acción ciudadana. ¡Ni empresarios ni académicos se pueden dar el lujo de la candidez!

La situación pasaría desapercibida de no ser porque Gutiérrez, consentido del GEA en su primera alcaldía y amigo de Gabriel Gilinski, carece de control político por parte del Concejo: de 21 elegidos, al menos 15 son gobiernistas. Los dos declarados en oposición carecen de experiencia política significativa.

El silencio de TPM frente a la Administración actual contrasta con el estruendo de El Colombiano: bajo la sombra larga de Quintero y la opacidad del gobierno de Gustavo Petro, desaparecen los cuestionamientos a Gutiérrez y al gobernador Andrés Rendón. ¿A quién le importan los costos en publicidad oficial? ¿O las consecuencias del sancocho en el que convirtieron a la Secretaría de las Mujeres Departamental? ¿El dominio del Clan del Golfo en un 52 % de los municipios antioqueños (fuente: Antioquia Cómo Vamos) es “responsabilidad exclusiva” del Ministerio de Defensa? ¿La situación de la Universidad de Antioquia es “culpa de Petro”?

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Esta semana, múltiples voces de la sociedad civil han rodeado a Nicolás Sánchez, reportero amenazado del portal Vorágine. Sus denuncias revelan vínculos de empresas con el paramilitarismo. ¿Dónde están los empresarios tan preocupados por las libertades? ¿Acaso la libertad de prensa no cuenta?

Ah tiempos dichosos, en los que empresarios como Nicanor Restrepo o Juan Felipe Gaviria conocían la diferencia entre ser conciliador y hacerse el bobo…

La democracia está parada en el centro, quietecita: un jinete erguido marca el eje con su derecha, mientras cabalga sobre Antioquia en un círculo vicioso. Aquella clase empresarial briosa, que no se dejaba arrear, soltó la rienda que mantenía su paso firme: la deliberación democrática.

*En 2023 presenté una investigación de TPM, rigurosa, con pruebas que comprometen a la administración Quintero.

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