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Dr. Censura
Foto: Captura de pantalla

Según la Sociedad Interamericana de Prensa, El Salvador permanece en la categoría de países con alta restricción en el Índice Chapultepec de Libertad de Expresión y Prensa. Las “amenazas, intimidaciones, descalificaciones y presiones” de Nayib Bukele al periodismo independiente coartan el control del poder y el derecho a la información. El exilio de Óscar y Carlos Martínez, investigadores de El Faro, es una evidencia fehaciente del imperio de la censura.

Los populismos han sofisticado el silenciamiento. Las redes sociales −las bodegas “de nadie”− y el acoso judicial son dos de las lápidas predilectas de los populistas para...

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Duglas Balbín(91148)05 de diciembre de 2025 - 09:30 p. m.
👏👏👏
Lola Cortes(15127)22 de noviembre de 2025 - 07:40 p. m.
Al menos consuela que aunque es paupérrimo y estamos en fondo de la tabla, hemos mejorado un poquito.
Jorge Salazar Isaza(euy5h)22 de noviembre de 2025 - 07:27 a. m.
El gobierno de Bukele es popular, no populista. No se pueden negar sus resultados en materia de seguridad. Su nivel de aceptación es impresionante. Probablemente haya habido abusos que es importante corregir. La prensa a la que usted alude tampoco es independiente y tiene un enorme rabo de paja.. Creo que para hablar de Bukele es necesario hilar más delgado. Tampoco creo en que su modelo se pueda trasladar a Colombia como pretenden algunos. Son dos historias muy distintas.
  • Lola Cortes(15127)22 de noviembre de 2025 - 07:38 p. m.
    Distintas porque Bukele y su aparato armado estatal y judicial se enfrentaron a una pandilla. En Colombia , un país muchísimo más grande que El Salvador, son varios los generadores de violencia con ejércitos bien conformados. Se nota que no sabes cuál es la diferencia entre popular y poliamor, a leer se dijo.
Alberto Rincón Cerón(3788)22 de noviembre de 2025 - 12:41 a. m.
Magnífica.
javier arlés(96673)21 de noviembre de 2025 - 09:49 p. m.
Falso. El gobierno Petro no persigue al periodismo. No se le puede comparar con el tiranuelo Uribe. Solo basta escuchar la emisora en la que labora doña Cristina para darse cuenta de que actúan con el más absoluto libertinaje para tergiversar, mentir y desinformar a placer. Como lo hace el resto de la gavilla mediática como parlantes de las oligarquías egoístas e intransigentes. Las verdades a medias tampoco sirven.
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