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Incubadoras

Ana Cristina Restrepo Jiménez
27 de enero de 2023 - 05:02 a. m.

Juana, Valeria Y María* son tres niñas afortunadas: con diez meses, dos y casi cuatro años, respectivamente, son hijas del anhelo de una familia ortodoxa, encabezada por dos profesionales que les aseguran techo, salud, alimentación, educación y amor.

Esto parecería el final de una historia romántica de no ser porque la pareja, por las condiciones de salud de uno de sus integrantes y su tozudo rechazo a la adopción, pagó por la gestación de sus hijas. La “parte gestante” del contrato (como la denominaría Jhoana Delgado, viceministra de Promoción de la Justicia) es una estadounidense que tuvo embarazos previos por el mismo motivo.

En Noticias Caracol, el ministro de Justicia Néstor Osuna anunció la reglamentación de los vientres de alquiler. La viceministra lo hizo en Blu Radio. El proyecto cumple con una orden emitida en septiembre de 2022 por la Corte Constitucional, donde las discusiones en torno a dicha práctica son de vieja data. Por ejemplo, la sentencia T-968 de 2009, se resignó a que la maternidad subrogada “no está regulada pero tampoco está prohibida expresamente” en Colombia.

Lo divulgado se acerca al proyecto que presentaron en 2016 dos congresistas del Centro Democrático, que buscaba eliminar el negocio. Al momento de la entrega de esta columna, el texto de la regulación aún no ha sido publicado, pero sí se han dado “puntadas”, de las cuales me permito cuestionar tres: (1) si el vientre subrogado solo se permitiría por “altruismo”, sin transacción económica, ¿cómo controlar las “donaciones” por agradecimiento? Si yo le “presto” mi vientre a una prima, y me quiere compensar por ello, ¿cómo comprobar que es “gratitud” y no un “pago”? Aunque pueda haber una intención abolicionista detrás de atacar el negocio, lo que logra es encubrirlo. La vida humana no se vende ni se regala.

(2) Osuna delegó la elaboración del proyecto en expertas feministas. Parafraseo lo que afirma la viceministra: esta es una decisión de la mujer sobre su cuerpo. ¿Y el bebé nacido? ¿Es concebido y gestado como un “regalo”? ¿“Producir” seres humanos “para regalar”?

(Bajo ninguna circunstancia la mujer que alquila o presta su vientre debe ser penalizada).

(3) La “parte gestante” deberá haber sido madre antes y solo puede tener dos embarazos. De acuerdo con un informe publicado en 2021 por la Universidad de Oxford, el Museo Francés de Historia Natural y la Universidad de Radboud (Países Bajos), en los últimos 40 años la inseminación asistida (necesaria para la maternidad subrogada) ha incrementado los embarazos múltiples. La tasa de nacimientos de mellizos aumentó en un tercio. ¿Qué tan riesgoso resulta gestar más de un embarazo múltiple? Evito referirme al riesgo psicológico: soy madre de mellizos; la sola idea de haberlos entregado me asquea hasta las náuseas.

La Corte desciende al nivel de la publicidad más burda en materia de cosificación de las mujeres: ¡somos incubadoras! El máximo tribunal constitucional se equivoca al requerir la regulación de una práctica que, aun sin retribución económica, constituye una afrenta a la dignidad humana; no en vano está prohibida en países defensores de las libertades civiles y abanderados de los derechos humanos como Francia y Alemania.

Ninguna forma de vientre subrogado es aceptable, ni siquiera el “panorama ideal” y real de Juana, Valeria y María, en cuyos padres primermundistas y amorosos anida el alma de un proxeneta.

*Identidades protegidas.

 

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