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La izquierda con sangre entra

Ana Cristina Restrepo Jiménez
03 de junio de 2022 - 05:30 a. m.

Diana solía pasar los fines de semana en Medellín y regresaba los lunes a Urabá. A las 5:00 a. m. del 26 de febrero de 1990, varios hombres armados con insignias del DAS la recogieron para escoltarla hasta el aeropuerto. El verdadero esquema de seguridad llegó tarde: el cuerpo sin vida de Diana Cardona, alcaldesa de Apartadó del partido Unión Patriótica, fue encontrado en un Monza, en la autopista Sur.

En Antioquia, las ideas liberales y de izquierdas (en plural) han sido estigmatizadas, perseguidas y, en muchos casos, silenciadas. Historias como las de Gloria Cuartas (exalcaldesa de Apartadó, hostigada, amenazada) o Gabriel Jaime Santamaría (miembro del Partido Comunista, asesinado) ilustran el temple que exige y el riesgo que implica ser de izquierda en Antioquia.

La JEP determinó que, entre 1984 y 2016, 5.733 miembros de la UP fueron asesinados o desaparecidos. Los hechos se concentran en cinco territorios, de los cuales dos corresponden a Antioquia: Nordeste y Apartadó.

En la primera vuelta presidencial, Gustavo Petro y Francia Márquez obtuvieron 682.282 votos en Antioquia; la derecha los dobló (1’385.565). En Medellín, el candidato de izquierda se la jugó por personajes como Daniel Quintero, alcalde suspendido por participación en política, y Álex Flórez, senador electo (véase: https://acortar.link/GXjPoG).

¿Qué le debe la izquierda antioqueña a Quintero?

(1) Empecemos por lo básico: Quintero no es de izquierda. Es del Partido Conservador, del Liberal, del Tomate, del Centro Democrático (verbigracia, el ahora disidente Albert Corredor) o del que convenga para conseguir cargos. Aliado con manzanillos como Luis Pérez, es un engañabobos convencido de que repetir la palabra “paz” lo convierte en líder de izquierda. (2) Pese al aumento de votos de izquierda en Medellín (275.497), estos demuestran que ni en la consulta partidista ni en la primera vuelta sus 303.137 apoyos a la Alcaldía fueron transferibles. (3) ¿Acaso no cuentan el trabajo de las bases y los políticos antioqueños de izquierda, o la oposición de Petro y el símbolo que es Francia Márquez? (4) Quintero caricaturiza las banderas de la izquierda antioqueña: ¿en qué momento pasamos del clamor de Betsabé Espinal para que las obreras no trabajaran descalzas, al “Marica, los amo” de la secretaria María Camila Villamizar?, ¿del “Yo no digo lo que digo por estar en la oposición, sino que estoy en la oposición porque creo en lo que digo” de Carlos Gaviria Díaz, al burlón “Un saludo a mis vecinos” del alcalde suspendido?

La declaración de objeción de conciencia por razones políticas de la representante electa Luz María Múnera es un acto de resistencia tan firme como las denuncias del diputado Luis Peláez o del representante Jorge Gómez.

La izquierda obtuvo los recientes resultados en Antioquia a pesar del alcalde suspendido y no gracias a él. El oportunismo de Quintero usurpa el capital político de quienes han afrontado la más salvaje estigmatización y violencia estatal y social, en la región más victimizada del país (según el Registro Único de Víctimas).

La cacería de Iván Duque y de Margarita Cabello contra Quintero es el reflejo de una derecha tan errática como el autoritarismo y desgobierno tuitero del alcalde suspendido.

No contento con el caos que vive Medellín, Daniel Quintero le está haciendo el peor daño a la izquierda antioqueña: ¡arrebatarle la dignidad!

 

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