Bananeros y paramilitares son expertos en las lides del deshije: arrancar el retoño de la madre. La metáfora cobra sentido con el reciente Auto del Caso 06, victimización de miembros de la Unión Patriótica (UP), de la Jurisdicción Especial de Paz (JEP). En ese contexto, la creación de las Asociaciones Comunitarias de Vigilancia Rural (Convivir) expone la vena justiciera por la que circula la sangre del conflicto armado en Colombia.
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La JEP concluye que, a través de esas asociaciones, se desarrolló “un mecanismo efectivo, seguro y aparentemente legal para recaudar los aportes de personas jurídicas y naturales a los grupos paramilitares”: en el Urabá antioqueño (16 Convivir) y Córdoba (20) fueron un espacio de concertación financiera y de regulación de la seguridad entre armados ilegales y bananeros. Al menos 58 paramilitares pertenecieron a las Convivir.
¿Cómo conquistaron el corazón justiciero del poder nacional?
En 1994, en un foro ganadero, el ministro de Defensa, Fernando Botero Zea, armó la gorda con su impulso a las Convivir. Los principales gremios firmaron: la SAC, presidida por César De Hart; Acolfa, por Camilo Llinás; Analdex, por Jorge Ramírez; Colfecar, por Eugenio Marulanda; Fenalco, por Sabas Pretelt; Acopi, por Jaime Alberto Cabal; Asocaña, por Ricardo Villaveces; y Fedegan, por Jorge Visbal.
Carlos García, Doble cero, trabajó con Banacol. Chiquita Brands nunca estuvo sola.
En 1995, el secretario de Gobierno de Antioquia, Pedro Juan Moreno, clamó ante la Asamblea: “Desarmar la gente de bien no es ninguna solución, yo creo que eso puede hacerse cuando hay un Estado fuerte (…) el Estado nuestro no está en capacidad”.
Ese mismo año, el gobernador Álvaro Uribe reconoció ante el Senado su apoyo a las Convivir y aclaró: “En reunión con la UP en Apartadó, asumí la responsabilidad ante la directiva de ese movimiento de decir que por lo pronto no habría asociaciones de seguridad en Urabá, porque la enrarecida situación indicaba que de pronto se convertiría en un factor de agravamiento”. Acto seguido, precisó que se habían aprobado nueve Convivir, otra estaba en trámite y diecisiete en formación.
Raúl Hasbún, exjefe paramilitar, acordó con la junta directiva de la Asociación de Bananeros de Colombia el montaje de unas Convivir. Salvatore Mancuso considera a las Convivir un “hito” que “estimuló a los paramilitares a reorganizarse”. Herbert Veloza, alias HH, declaró: “Fueron creadas para legalizar el cobro de impuestos, de los dineros que las bananeras nos daban (…). Con esos dineros se mataron sindicalistas, se compraron armas, munición, uniformes, material de intendencia”.
¿Había otro camino? Por ejemplo, la Asociación de Transportadores de Carga rechazó la propuesta. En el ámbito público, desde el defensor, Jaime Córdoba, pasando por la alcaldesa de Apartadó, Gloria Cuartas, y la senadora Piedad Córdoba, advirtieron líneas rojas.
El nombre científico de las plataneras es Musa paradisiaca L. En Antioquia y Córdoba podrían acortar el nombre.
No podemos olvidar la fruta de la “Musa”: si permanece por tiempo indefinido en la cáscara, se pudre, por más Chiquita que parezca.