Las dos francias: la que rechaza y la que se resigna a la explotación sexual

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Ana Cristina Restrepo Jiménez
22 de marzo de 2024 - 02:05 a. m.

Libertad.

En 2016, Francia fue el cuarto país europeo en abolir −que es distinto a prohibir− la prostitución, después de Suecia (1999), Noruega (2008) e Islandia (2009). Para liberar a las víctimas de la cadena de explotación, optó por castigos pecuniarios a la compra de sexo: si el “consumidor” reincide, le duplican la multa, queda con prontuario y debe hacer un curso de sensibilización. También eliminó el delito de “prostitución pasiva” que sancionaba solo a las personas explotadas. A través de un fondo financiado por el Estado, la ley abolicionista francesa establece una ruta de atención a las víctimas, de reinserción a la...

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abolectrico(03577)24 de marzo de 2024 - 03:09 p. m.
No hablo de la pereza, la pereza!!!!, la empresa familiar abrio las puertas a mujeres venezolanas, pasaron 72, algunas duraron tan solo 6 horas, solo dos duraron dos años, para no hablar de las que recibian el uniforme y al otro dia no regresaban, el 80 % se fueron a ejercer la prostitución por pereza de trabajar oigase bien por pereza.
LucR75(5380)23 de marzo de 2024 - 05:19 p. m.
¡Muy importantes las reflexiones de la periodista! La prostitución no es una decisión LIBRE, es lo que nos invita a profundizar. A tener en cuenta en tantas discusiones y decisiones (no normalizar, ni satanizar, ni ignorar, ni cancelar).
HUGO(31598)23 de marzo de 2024 - 02:29 p. m.
Algo debe saber alguien que ha vivido las situaciones, estudió y que salió de estas, sobre la forma de entender y resolver la compleja situación de personas que se dedican al trabajo sexual.
HUGO(31598)23 de marzo de 2024 - 02:25 p. m.
¿Cuál es la diferencia entre abolir y prohibir? ¿o sea que la esclavitud fué abolida pero no prohibida?
HUGO(31598)23 de marzo de 2024 - 02:04 p. m.
Cuando se trata de problemas y situaciones complejas, se debería tener más cuidado a la hora de adjetivar, juzgar y condenar sin oportunidad de réplica. Estás moderadas columnistas que se autoproclaman de centro y dueñas del equilibrio, siempre listas para reclamar la verdad, deberían ver con más objetividad la complejidad de las situaciones, antes de pasar a condenar las iniciativas. Que fácil es resolverlo todo desde la comodidad del privilegio sin tener que mancharse las manos y la ropa.
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