Libertad.
En 2016, Francia fue el cuarto país europeo en abolir −que es distinto a prohibir− la prostitución, después de Suecia (1999), Noruega (2008) e Islandia (2009). Para liberar a las víctimas de la cadena de explotación, optó por castigos pecuniarios a la compra de sexo: si el “consumidor” reincide, le duplican la multa, queda con prontuario y debe hacer un curso de sensibilización. También eliminó el delito de “prostitución pasiva” que sancionaba solo a las personas explotadas. A través de un fondo financiado por el Estado, la ley abolicionista francesa establece una ruta de atención a las víctimas, de reinserción a la...
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