Publicidad

La metida de patas del Comisionado

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Ana Milena Muñoz de Gaviria
13 de mayo de 2008 - 12:41 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

LA ENTREVISTA SOBRE ALGUNOS temas de alta política de Luis Carlos Restrepo, sicólogo de profesión y Comisionado de Paz, ha dado mucho de qué hablar y mucho en qué pensar. Resulta evidente que hay un cambio de estrategia: José Obdulio calla y asume Luis Carlos la vocería.

Por el contenido y las implicaciones que ello genera no me cabe duda de que la mencionada entrevista tiene que haber sido consultada; en el evento de que así no sea, o este sicólogo ha sido un buen aprendiz y un autodidacta, o sacó un master en ciencia política o simplemente se las está dando de sabiondo.

Sus explosivas declaraciones se suman a este clima de incertidumbre en el que nos hallamos y vienen a engrosar este río revuelto y marasmo de peleas de todos contra todos que sólo crean desconcierto e inseguridad en la ciudadanía. Y es que fueron muchos los temas que el Comisionado tocó y sobre los que pontificó en materia divina y humana, como coloquialmente se dice.

Me impresionó sobremanera su propuesta de acabar con los partidos políticos, pues no me cabe duda de que esa no es la solución a la crisis que vivimos y que, muy por el contrario, habría que fortalecerlos. La verdad sea dicha, no es la primera vez que señalo que el presidente Uribe es responsable de haberlos debilitado, al menos los tradicionales, mediante la atomización de los mismos en movimientos que, de nuevo sumados, se conocen hoy como los partidos uribistas, que son los de Uribe y, por tanto, los que le permitieron llegar a la Presidencia por dos veces consecutivas.

Señaló Restrepo que los partidos son innecesarios, pues al fin y al cabo a los presidentes los elige es la ciudadanía y no estas organizaciones políticas. Claro está que el pueblo escoge a los presidentes y que éstos reciben un mandato basado en una ideología determinada que proviene de organizaciones políticas denominadas partidos. Son éstos por ello fundamentales para la democracia tanto que se afirma que expresan el pluralismo político, lo que los hace necesarios para estructurar la participación masiva.

Toda esta diatriba, contraria entonces a los principios elementales del derecho y de la ciencia política, parece encaminada más bien a desvincular al Presidente de su responsabilidad política en el tema de la parapolítica, pues son sus copartidarios, o sea sus compañeros de partido, los más comprometidos en este nuevo escándalo nacional. Resulta, por tanto, habilidoso salir ahora con semejante teoría que desconoce el juego político del Gobierno, la utilización de las bancadas conformadas por el Partido de la U, el Partido Conservador y Cambio Radical para sacar adelante el plan de gobierno y el papel de la parapolítica en el nuevo escenario partidista de gobierno. ¡Que no nos crean tan pendejos!

Conoce más

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.