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Ciao, querido Malcolm

Andrés Hoyos
02 de agosto de 2023 - 02:05 a. m.

La señora de la guadaña tiene la pésima costumbre de lanzar sus hachazos a la loca, sin parar mientes en que uno les desea larga vida a los grandes amigos. Pues bien, el sábado pasado murió en Oxford a la prolongable edad de 82 años el gran Malcolm Deas, viejo amigo, claro, no solo mío sino de buena parte de la gente activa que hay que Colombia. Y digo activa, no activista ni dogmática.

Porque una característica notable de Malcolm era la cantidad y variedad de amigos que tenía, a derecha e izquierda, según se ha visto en la gran cantidad de despedidas que ha recibido. Tanto, que quizás sea preferible señalar cuáles amigos no tenía. No los tenía entre los grupos violentos de cualquier tipo que actúan en el país y tampoco entre los políticos sectarios que hay por aquí. Por ejemplo, no se puede poner en duda que Deas en su momento fue uribista, un uribista crítico que hacía sugerencias no siempre escuchadas. Al respecto, hace poco se declaraba “el único uribista-santista que existe en el mundo” porque, contrariando a Uribe, apoyó la paz firmada en el Teatro Colón. Tuvo una influencia muy positiva en Luis Carlos Galán, quien vivió en Inglaterra para esquivar los atentados contra su vida y fue alumno de Deas. Eso sí, no se le vio acercarse al actual régimen. Decía que Petro le parecía mesiánico y narcisista, y vaya si ha demostrado ser ambas cosas.

A Malcolm le gustaba abordar la historia por episodios y figuras que otros consideran menores, tal vez con la idea de que desde esas atalayas laterales podía ver mejor los perfiles de los episodios y figuras centrales. Así, no escribió sobre Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander o Antonio Nariño, para mencionar a los más connotados protagonistas de la Guerra de Independencia, ni siquiera escribió sobre este episodio fundacional. Prefirió el más modesto resto del siglo XIX.

Una de sus labores predilectas era desmontar mitos. Un ejemplo: el de la oligarquía como fenómeno dominante en la historia de Colombia. Le parecía que el término pertenece a una retórica poco rigurosa. A despecho de lo mucho que habla de la influencia de los militares, Malcolm dijo que “…en pocas naciones ha habido menos militaristas que en Colombia”. Y así.

Recién llegado, en los años sesenta, Malcolm pensaba que “…el país de entonces tuvo poca capacidad de autoanálisis y, si se me permite una observación burda, era muy confuso sobre su propia naturaleza y sus propios problemas”. A Malcolm le gustaba recurrir a la “historia comparada”, es decir, la que ve o deja de ver analogías, fáciles o difíciles, entre un país como Colombia y, diga usted, los europeos. Claro, también se alejaba de la idea de que los países vecinos se parecen.

Sus investigaciones se centraron principalmente en las historias de Colombia, Venezuela y Ecuador durante los siglos XIX y XX. Le interesaron la historia del café, las guerras civiles, las situaciones fiscales, los conflictos políticos y la cultura, en especial la tan influyente gramática. En 2008, el presidente Álvaro Uribe Vélez le otorgó la ciudadanía colombiana. Hace poco Malcolm publicó una inesperada biografía de Virgilio Barco, un político que no entusiasma a casi nadie.

Sus consejos eran legendarios, como el que le dio a su alumno Gustavo Bell, cuando en una llamada de madrugada en 1991 le sugirió soñoliento que aceptara la oferta de ser candidato a la gobernación del Atlántico: “porque es mejor hacer historia que escribirla”.

andreshoyos@elmalpensante.com

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Carlos(92784)03 de agosto de 2023 - 02:11 p. m.
No contaba entre sus amigos a " politicos sectarios que hay por aqui " pero era admirador ,seguidor y amigo de Uribe . Que contradiccion !!
Pedro(18355)02 de agosto de 2023 - 03:03 p. m.
Muy querido y generoso Malcolm. Pero inmamablemente complaciente con Uribe. Es que la biografía política de Uribe comienza con el papá de Duque frente al presidente Turbay, clamando, -- ¿Qué vamos a hacer con este joven? Y a partir de eso Uribe tejió la maraña histórica que atrapa todavía a Colombia y que atrapó en su red a tantos, con el señuelo de la plata fácil. Y salir de esa maraña ha sido superior a nuestras fuerzas hasta ahora. Malcolm no vio la gravedad de eso. Oxford adormece.
Florentino Florez(02861)02 de agosto de 2023 - 01:19 p. m.
Si la intención era colocarlo de ejemplo le salió el tiro por la culata. Ciao, ciao.
Atenas(06773)02 de agosto de 2023 - 12:30 p. m.
Andrés, y no anduvo perdido Malcolm Deas respecto de nosotros, o de la peregrina- =a raro o pocas veces visto- confusión en q’ vivimos como yo la llamo; mas él, en su flema inglesa, mejor la llamaba..’poca conciencia de lo q’ nos agobiaba, díscola naturaleza y enredados en el poncho de nuestra problemática’. Además de q’ no se equivocó sobre la psicopatía del payaso presidente Petro; y por ello quizá murió pensando q’ somos felices revolcándonos en las miasmas, y razón tendría.
Belcebú(10227)02 de agosto de 2023 - 05:10 a. m.
Este Malcolm era un verdadero cortesano. Nunca criticó al establecimiento colombiano.
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