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Llegaron al doble juego que inicia hoy en la ciudad Bonita los dos mejores equipos del semestre. Esta vez ninguno entró por la ventana o a última hora a los cuadrangulares que por cierto fueron muy diferentes en cuanto a su exigencia y desarrollo. A Bucaramanga le tocó el grupo de la “muerte” con los tres últimos campeones del fútbol profesional colombiano. Si bien es cierto llega a la última instancia gracias al punto invisible o ventaja deportiva, se lo ganó por ser el mejor del todos contra todos.
Sus rivales encopetados salvo Deportivo Pereira fueron al Alfonso López (se llamará Américo Montanini), a defender el cero y se fueron con la valla invicta, después perdió con los de la perla del Otún en un encuentro donde mereció mucho más y con Junior de visita donde sí fue controlado y dominado por los tiburones. Llegó a la final porque fue el mejor entrando y el más estratégico de ese lado de las semifinales.
El cardenal se aprovechó de las debilidades de sus rivales del B y los eliminó con suficiencia. Mostrando orden y siendo contundente. Con la tranquilidad atrás mínima y el poder adelante adecuado. Tiene además un plantel que combina bien juventud y experiencia, soportada en Hugo Rodallega y Daniel Torres. Los leopardos no se quedan atrás en esa mezcla y se impulsan en Fabián Sambueza y Aldair Quintana, que ha recuperado su mejor dimensión.
Dos estilos similares en cuanto a estructura e inteligencia de juego. Tanto Dudamel como Peirano gozan incomodando al rival. En esta ocasión el doble partido es el escenario ideal para la disputa porque ambos son buenos locales y ahí puede estar la clave para sacarse ventaja. Rafael no va a cambiar su estrategia, Pablo salió a buscar en Ibagué y le funcionó. ¿Será que repite ante el leopardo hoy esa agresividad y corre riesgos alargándose?
En la era de torneos cortos, el que gana el primer duelo generalmente queda campeón. Un buen dato para los que aseguran que siempre hay que terminar de local, eso es relativo.
Se quedará con la estrella el que se equivoque menos, porque enfrente tiene a un buen capitalizador de equivocaciones compulsivo. Así lo diga la estadística, lo importante es mantener la cercanía para que los 90 minutos en El Campín inicien abiertos y ahí si se empezará a definir el título que irá para el que maneje mejor la presión, la paciencia y la planeación.
Si ganan los rojos, su hinchada conseguirá la décima estrella, pero si ganan los auriverdes, será su primera estrella en un escudo que la ha buscado por 75 años, y que tiene a Bucaramanga ilusionada con razones suficientes para creer que se puede lograr. Muéstrense las garras felinos.
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