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Llegó el día aplazado, el que empieza a definir el camino hacia Catar o el regreso al limbo como en 2001.
Estamos en una coyuntura, porque aún hay posibilidades intactas para ir al mundial pero perdiendo los dos siguientes juegos con Perú y Argentina nos instalaríamos en ese espantoso lugar de los eliminados.
Después de la fecha aquella en octubre cuando recibimos los nueve goles con Queiroz, empezamos a convivir con la incertidumbre. Se perdió la confianza en un plantel que nominalmente no solo tiene potencial y presente sino que en la región es uno de los más destacados. A pesar de que con el portugués no encontramos nunca la regularidad, con excepción por ahí de un par de victorias redondas, ni el más pesimista se imaginaba tal desastre. Era claro que se necesitaba un golpe de timón y por eso aplaudimos la llegada de Rueda que nos conoce mucho más que lo que pudo incluso llegar a hacerlo el “mister”.
La esperada primera convocatoria del DT vallecaucano recibió pocos reparos, tal vez la ausencia de laterales naturales por izquierda y un par de reencauches que parecían perdidos para la selección, pero por lo demás fue acertada. Los problemas aparecieron la semana pasada con los inconvenientes de Quintero y James. El entrenador y su cuerpo técnico pudieron prever ambas situaciones y evitarse novelones. Con Juanfer, parece increíble que no se tuviera pleno conocimiento de las restricciones de la liga china para prestar a sus jugadores por tema pandemia. Con lo de James David, el tema tiene de largo como de ancho.
Primero, por mas que sea nuestro máximo referente y capitán ante la ausencia de Falcao, no lo debió convocar. Todos entendíamos que no estaba precisamente en forma y después si ya le había aceptado sus condiciones para estar para uno de los dos encuentros que particularmente no comparto, desconvocarlo no era lo mas adecuado. Ahora bien la reacción del 10 a través de ese famoso comunicado fue absolutamente desafortunada. Quedó como lo que me consta no es, con visos de soberbia y poca solidaridad con el grupo y el técnico. El relajo se podía evitar desde todo punto de vista. Estuvo mal manejado.
Pero vamos a la pelota. ¿Cómo jugarle a los peruanos, necesitados de resultados pero mucho mas trabajo como equipo?
Los primeros quince minutos van a ser fundamentales. Si Colombia pasa indemne y empieza a controlar el partido, se puede conseguir un buen resultado. Ellos van a salir a atacar y probablemente formen un tridente de respeto arriba con Carrilo, Lapadula y Guerrero. Van a apurar desde el inicio y con buena presión e inteligencia se les puede complicar la vida. Confío en un Rueda siempre equilibrado, que también aproveche el buen momento de Borré, Cuadrado, Muriel y Zapata. No nos podemos esconder debajo de la mesa ante nadie con estas cartas. El dilema es cómo usarlos, si poner por ejemplo a Juan Guillermo en modo Juve, es decir desde atrás, a Rafa como segunda punta y a Lucho como media punta detrás de Duván. Parece por los entrenamientos que Tesillo marcaría la izquierda, al mejor estilo de su antecesor europeo . Yairo Moreno encarna más al dedillo al lateral que encaja con nuestro ADN pero puede ser que no quiera arriesgar por ambas bandas. Total, no va a ser sencillo ganar y derrotar la desconfianza, pero si se logra, el golpe anímico puede ser suficiente para empujar dos victorias al hilo y encausar la travesía. Ojalá se recupere el buen juego también, pero sería muy exigente pedir que todo se alinee tan rápido y fácil, además con semejante capítulo que acabamos de vivir en la previa. Fuerza haremos y mucha, es nuestra querida tricolor.
