La selección sub-20 juega este miércoles los octavos de final en el Mundial de Chile contra Sudáfrica, donde cumple una aceptable participación hasta ahora, en términos de objetivos cumplidos. Fue primera en fase de grupos con cinco puntos, conseguidos al ganarle a Arabia Saudita y empatar con Noruega y Nigeria. Gracias a la norma de “fair play” de menor número de tarjetas amarillas, se logró la primera plaza de la fase, y por eso el rival son los Bafana Bafana junior, que hicieron seis puntos tras dos victorias y una derrota. La selección dirigida por César Torres jugó mejor contra los nigerianos en el primer tiempo, comparado con los dos partidos anteriores, pero en la segunda parte del partido pudo perder ante la insistencia de los africanos.
Sin duda, los mejores hombres colombianos en el campeonato han sido sus dos defensas centrales: Mosquera y García, de buen pie y rápidos. Perea se destaca someramente adelante y pare de contar. No hay brillantez alguna hasta ahora, individualmente hablando, y el colectivo ha rendido en números, pero poco en las maneras. Es un equipo de transiciones por banda, de lanzamientos largos de los centrales y muy poco juego interior. Su principal carta para tal efecto: Barrera, se la pasó escondido en los dos primeros encuentros y el domingo no participó. González dio más fiabilidad al medio centro con Rivero, sin Landázuri, y sus fichas goleadoras, Villarreal y Aristizábal, no han sido efectivos y se ven sacrificados por el sistema.
Cualquiera que lee hasta este momento de manera desprevenida no entendería mucho, entonces por qué nos ha ido bien, pero hay que recordarle que en todo caso así son estas categorías. Nada garantiza que se logre una buena participación empezando bien. No es mentira pensar que el Mundial inicia en octavos, como muchas competencias de mayores. La irregularidad es el común denominador de los juveniles, que pueden mostrar lo mejor de sus esencias de ahora en adelante o definitivamente seguir con su fútbol sin sabor y abandonar el camino logrado hasta hoy. Lo cierto es que yo a una sub-20 le pido más identidad, que se note nuestra, manejando bien la pelota y con una expresión mucho más agradable. Comparando procesos de la estructura social, es una categoría adolescente, donde se terminan de forjar los adultos. Si se juega mal, se seguirá jugando así más adelante. No se puede feriar el mañana.
Algunos piden a futuro a varios jugadores que al llegar a la absoluta hayan tenido proceso por al menos una de las selecciones de formación, y así debe ser. Otros afirman sin ruborizarse que no es necesario que con uno solo que llegue es suficiente. Los europeos le prestan más atención a la Euro sub-21 que a este Mundial y ni a la Conmebol ni a las otras federaciones les interesa unificar por ahora, al parecer. Hay opción de avanzar a pesar de lo mostrado.
Si alguien asegura que igual vamos a salir campeones, podría comprarle la teoría para poder saber qué es ganar algo en los torneos FIFA por fin, pero generalmente para conseguir victorias necesitamos jugar muchísimo mejor. Confiamos que así sea.
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