
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Es hoy, no hay mañana. La selección de Colombia sub-20 superó a España en cuartos de final, y hoy enfrenta a Argentina, que dejó en el camino a México. Dos estilos diferentes, dos viejos conocidos con una historia reciente equilibrada, que es lo que cuenta, sobre todo, si estamos hablando de juveniles. De nada sirve a esta edad resaltar una gran tradición, pues precisamente con 19 años en promedio nadie ha tenido tanta experiencia ni en cancha ni como espectador de las gestas o fracasos anteriores. La esencia argentina horma para competir y para disputar estos partidos, su formación es diferente, el camino que han recorrido a estas alturas es otro, sin duda. Aunque hemos mejorado en ese aspecto, las diferencias siguen siendo inmensas en cuanto a competencias y organización con ellos, pero hoy todo se nivela coyunturalmente a la hora del pitazo inicial. Tienen dos ausencias confirmadas: Montoro, que se rompió la clavícula ante Nigeria, y Carrizo, suspendido. Pierani tiene una molestia muscular y no estaría a punto. De este lado Villarreal y Sarabia acumularon tarjetas amarillas y están inhabilitados. Barrera salió llorando del partido con España, pero hay una leve esperanza de que se haya logrado recuperar.
Colombia contra los ibéricos supo sufrir y entendió que la mejor manera de vencerlos era no luchar por la posesión, que tampoco ha sido su característica principal, y tal vez la salida obligada de Jordan, que había hecho su mejor presentación, ayudó a convencerse de que sin renunciar al ataque era pertinente ser más reactivos que propositivos. Hoy el trámite no va a ser el mismo, porque Placente no es tan propositivo, y esto imagina un encuentro de sostenimiento compartido. La paradoja para Torres, nuestro DT, pasa por el reemplazo de Neyser, digamos que Romero y Cavadía deben ir por Sarabia y Barrera, y aunque se pensaría en Aristizábal en el frente de ataque, hay dos consideraciones al respecto. La positiva es que Argentina en el Suramericano no nos conoció con una referencia de área y además fuerte en el juego aéreo, y dos, que hemos jugado más a las transiciones que al tránsito interior, por eso no sería raro salir a la cancha sin “9” definido y poner por ejemplo a Rentería de inicio, que a propósito ha sido mejor alternativa que titular. Físicamente esta selección es potente y capaz. El famoso tema mental será clave, por supuesto, ante un rival que ahí siempre es robusto. Cuidar los pequeños detalles será fundamental, terminar las jugadas, concentración y atención total, determinantes. El discurso del estratega nacional ha sido muy coherente en sus dos recientes reflexiones al asegurar que todavía no se ha hecho historia y que no quiere nunca un “gracias guerreros” como conclusión. Es el momento de aprovechar esta linda oportunidad ante los que casi siempre nos dejan con los crespos hechos. No nos ha sobrado nada, pero tampoco nos han regalado nada todavía. Llegar a la final es cumplir con el objetivo y ganarla con el sueño de todo un país. ¡Que ruede el balón hacia la victoria!
🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador
