De miércoles a domingo se disputó la segunda edición de la Copa Cafam. Sin hablar estrictamente de lo deportivo, es muy positivo que se consolide un evento como éste en Bogotá.
No es un invento ni mucho menos. En otros países los torneos de pretemporada se juegan hace rato. En este siglo ya todo está inventado, entonces hay que pensar que una forma de progresar es copiar lo bueno.
Estos minitorneos bien organizados son interesantes. Mueven la taquilla o sea son buen negocio, le sirven a la hinchada para ver cómo se armó su equipo, a los técnicos para probar variantes antes del debut, a los patrocinadores para ensayar sus estrategias e imagen, a los medios para empezar a facturar temprano y a los jugadores para arrancar a desengranar un poco.
Ojalá para mitad de año el ejemplo se propague a otras ciudades, sobre todo a las que tienen una buena infraestructura para atraer turistas. La Costa, que se nutre en las vacaciones, debería aprovechar y organizar este tipo de actividades también con sus equipos e invitados internacionales. Hay que empezar a pensar que éste tiene que ser un negocio para muchos y no para los mismos de siempre que después salen a quejarse y a amenazar con retirarse cada año.
Deportivamente, Millos hizo respetar su casa sin nada que le sobrara. Mostró a Marinelli, Henríquez, Bustos y Valencia como sus apuestas a mejorar y se llevó un trofeo que no tenía y que espera lo familiarice con el éxito frecuente. América no perdió ningún partido y demostró que sigue siendo rápido, pero que todavía necesita más trabajo para recuperar su forma. Espera tener pronto a Víctor Cortés y solucionar el vacío que dejó Armero por izquierda. Nacional mostró sus progresos en zona defensiva, pero tiene que trabajar de la mitad hacia adelante para conseguir los goles.
Debe acercar más a Galván al área y definir su compañía, porque Rentería no parece querer darse cuenta en el equipo en que está y Muñoz todavía no se acerca al que se fue para Brasil. El invitado, Argentinos Juniors, seguro va a dar pelea en su país por la clase de jugadores que tiene pero le costó mucho la altura.
En resumen, este segundo experimento resultó agradable con el único bache del partido por el tercer y cuarto puestos que se debe evaluar y los líos de tribuna del jueves. Para ponernos más cerca al ritmo del fútbol mundial, no sólo se debe jugar diferente sino que hay que acostumbrarse a mejorar la oferta contratando bien, con nombres atractivos y ayudando a generar expectativa antes de que arranquen los campeonatos con estas copas amistosas y menos partidos a puerta cerrada.
Aquí también podemos hacer las cosas correctamente y cuando se acierta, así sea pocas veces, hay que destacarlo. Ahora que se vuelva costumbre y ganemos todos desde temprano.
De miércoles a domingo se disputó la segunda edición de la Copa Cafam. Sin hablar estrictamente de lo deportivo, es muy positivo que se consolide un evento como éste en Bogotá.
No es un invento ni mucho menos. En otros países los torneos de pretemporada se juegan hace rato. En este siglo ya todo está inventado, entonces hay que pensar que una forma de progresar es copiar lo bueno.
Estos minitorneos bien organizados son interesantes. Mueven la taquilla o sea son buen negocio, le sirven a la hinchada para ver cómo se armó su equipo, a los técnicos para probar variantes antes del debut, a los patrocinadores para ensayar sus estrategias e imagen, a los medios para empezar a facturar temprano y a los jugadores para arrancar a desengranar un poco.
Ojalá para mitad de año el ejemplo se propague a otras ciudades, sobre todo a las que tienen una buena infraestructura para atraer turistas. La Costa, que se nutre en las vacaciones, debería aprovechar y organizar este tipo de actividades también con sus equipos e invitados internacionales. Hay que empezar a pensar que éste tiene que ser un negocio para muchos y no para los mismos de siempre que después salen a quejarse y a amenazar con retirarse cada año.
Deportivamente, Millos hizo respetar su casa sin nada que le sobrara. Mostró a Marinelli, Henríquez, Bustos y Valencia como sus apuestas a mejorar y se llevó un trofeo que no tenía y que espera lo familiarice con el éxito frecuente. América no perdió ningún partido y demostró que sigue siendo rápido, pero que todavía necesita más trabajo para recuperar su forma. Espera tener pronto a Víctor Cortés y solucionar el vacío que dejó Armero por izquierda. Nacional mostró sus progresos en zona defensiva, pero tiene que trabajar de la mitad hacia adelante para conseguir los goles.
Debe acercar más a Galván al área y definir su compañía, porque Rentería no parece querer darse cuenta en el equipo en que está y Muñoz todavía no se acerca al que se fue para Brasil. El invitado, Argentinos Juniors, seguro va a dar pelea en su país por la clase de jugadores que tiene pero le costó mucho la altura.
En resumen, este segundo experimento resultó agradable con el único bache del partido por el tercer y cuarto puestos que se debe evaluar y los líos de tribuna del jueves. Para ponernos más cerca al ritmo del fútbol mundial, no sólo se debe jugar diferente sino que hay que acostumbrarse a mejorar la oferta contratando bien, con nombres atractivos y ayudando a generar expectativa antes de que arranquen los campeonatos con estas copas amistosas y menos partidos a puerta cerrada.
Aquí también podemos hacer las cosas correctamente y cuando se acierta, así sea pocas veces, hay que destacarlo. Ahora que se vuelva costumbre y ganemos todos desde temprano.