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De hoy en 97 días comenzará la última copa del mundo de fútbol en la que jueguen los de la élite. Si ya 32 equipos parecen demasiados dentro de cuatro años, con 48, esto será más un festival que un mundial.
De hecho, será muy difícil que el de Catar pase a la historia por el fútbol. Se jugará en una época del año inédita, en un país que no tiene tradición futbolera, envuelto en sangre por los muchos muertos que ha dejado la construcción de los estadios por cuenta de las condiciones infrahumanas de trabajo, sin que a nadie le haya importado realmente y tras la evidencia de que la adjudicación de la sede se dio bajo un operativo de corrupción, que terminó en la cárcel para muchos de los directivos que lo permitieron a cambio de dinero.
Hay una pequeña luz de esperanza en cuanto al desempeño. Si el calor y las tormentas de arena lo permiten, será la primera vez que los futbolistas no lleguen agotados tras terminar extensas temporadas con sus clubes y tras un año sin descansar.
Esta vez, sin que haya sido un propósito de los organizadores, porque el cambio de fecha se dio únicamente porque hubiera sido inhumano jugar en el verano de Catar, los jugadores tuvieron el descanso necesario tras terminar la temporada anterior para reacondicionarse. Hicieron una pretemporada como hace muchos años no tenían en sus clubes y van a llegar en la que teóricamente es la curva alta de rendimiento, justo a mitad de temporada.
Los clubes están bravos, en especial los que invierten millones en contar con los mejores del mundo. Sus muchachos no se emplearán a fondo de acá hasta noviembre, porque no se quieren perder un mundial en el que correrán riesgos de lesionarse dadas las condiciones climáticas, que seguirán siendo caóticas y regresarán agotados para afrontar el final de 2022 y el comienzo de 2023. Por una vez en la vida los papeles se invertirán a favor de las selecciones nacionales.
Más allá del sinsabor que produce que Colombia no vaya a estar en el último mundial al que se asista por verdaderos méritos, Suramérica volverá a competir con Brasil y Argentina entre los favoritos, Inglaterra intentará ponerle la firma a un proceso serio con un título en Catar y Francia intentará defender el título obtenido en Rusia con suficiencia. Jugador por jugador tienen la mejor nómina, pero lo de jugar en equipo no se les da hace un tiempo.
Estará por verse si la nueva España, que ya avisó en la Euro que puede competir por cosas grandes, y la nueva Alemania, que afrontará su primer reto serio, se pueden meter en la pelea.
El resto suena a relleno. Basta con ver el fixture de la primera fase. No sé si la tusa por la eliminación de Colombia sigue viva pero el Mundial de Catar parece que sabrá a poco.
