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Baréin y Kuwait, ¿por qué no?

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Antonio Casale
16 de marzo de 2015 - 03:19 a. m.
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Profunda indignación ha causado en algún sector de la opinión el nombre de los dos rivales que tendrá Colombia en las jornadas FIFA de final de mes. Es verdad que Kuwait y Baréin no dicen mucho, pero también es cierto que en todas las latitudes están acostumbrados a que no siempre los partidos amistosos sean frente a rivales de peso. No entiendo por qué tanto drama. Veamos.

Profunda indignación ha causado en algún sector de la opinión el nombre de los dos rivales que tendrá Colombia en las jornadas FIFA de final de mes. Es verdad que Kuwait y Baréin no dicen mucho, pero también es cierto que en todas las latitudes están acostumbrados a que no siempre los partidos amistosos sean frente a rivales de peso. No entiendo por qué tanto drama. Veamos.

Colombia ocupa el tercer lugar en el ranquin de la FIFA, es decir, está en la élite. No resulta nada agradable para ningún país con historia enfrentar a Colombia en un partido amistoso. Los nuestros son el típico rival capaz de poner en crisis a cualquier selección y ese riesgo no lo quieren correr los europeos en medio de su eliminatoria a Eurocopa. Jugar contra un rival que va a estar en Copa América tampoco sería una buena opción, pese a que Brasil y Chile lo harán, al igual que Argentina y Ecuador. Un mal resultado contra alguno de los del continente podría distraer la atención de lo esencial, la competencia a mitad de año.

A lo anterior hay que sumarle que la defensa de Colombia está en reingeniería y no hay mucho tiempo para acomodar las fichas. Ya no están Yepes y Zapata, Zúñiga y Armero poco o nada juegan, así que habrá que probar a los jóvenes juntos. Arias, Franco y Murillo necesitan sincronizar movimientos en tiempo exprés y qué mejor que hacerlo enfrentando a rivales que no expongan en exceso la confianza de los muchachos.

Tenemos que acostumbrarnos a estar en la élite del fútbol y eso implica que a los partidos amistosos se les dé la importancia que se merecen. Son solo eso, juegos para ajustar movimientos, y en ese orden de ideas es tan válido enfrentar a Brasil, Holanda y Bélgica —como ha sucedido con este equipo—, como lo es jugar contra Baréin y Kuwait. La idea de ir a Asia, como lo ha expresado el presidente de la Federación, nos permite concluir que aunque estos no eran los rivales ideales de ese lado del mundo, era el nivel que Pékermen pidió para trabajar sin arriesgar demasiado de cara a la Copa América.

Recuerdo que Colombia jugó la última fecha FIFA, previa a la copa de Argentina en 2011, frente a España y Ecuador, rivales de peso los dos, el campeón del mundo y uno de los vecinos que eternamente han complicado a los nuestros. Después de esto el resultado en tierras gauchas no pudo ser peor, eliminados en la segunda ronda a manos de los suplentes de Perú. De manera que debemos aprender a no indignarnos por bobadas, lo verdaderamente importante se disputará en Chile a mitad de año y a partir del segundo semestre en las eliminatorias al Mundial.

Por si las dudas y para combatir nuestro complejo de inferioridad, es bueno anotar que Argentina jugará contra El Salvador y Ecuador, Uruguay contra Marruecos, Alemania contra Australia y Chile contra Irán. La historia de los partidos amistosos, tanto para Colombia como para todos los demás, está llena de partidos contra rivales de peso, pero también contra los livianos.

 

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