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Profesor Luis Augusto García, para empezar déjeme decirle que no olvido los títulos que le entregó a Millonarios, incluso la Copa Merconorte, a la que casi nadie le da valor.
Tampoco olvido como colombiano los buenos momentos que usted nos entregó al frente de la selección en sus dos etapas, una excelente Copa América y una clasificación parcial al Mundial de 2002 dieron cuenta de su buena labor, así como sus títulos con América y Tolima.
Como periodista e hincha de Millos nunca satanicé sus actuaciones como accionista, ni cuando pecaba por omisión al no intervenir en la parte deportiva del equipo, aunque versiones no comprobadas indican que el trabajo de Osorio y Vanemerak fue entorpecido por usted, ni ahora que peca por acción cuando responde por lo deportivo. A tal punto que he recibido todo tipo de improperios de parte de personas que me acusan de vendido a los dirigentes por el solo hecho de no insultarlos ni acusarlos sin pruebas.
Ya sabrá usted que pensar diferente en este país e invitar a la discusión y la rigurosidad periodística es sinónimo de ser vendido o ladrón. Como periodista bogotano siempre he querido que los equipos de mi ciudad, y en especial Millos, estén bien, sin omitir información pero sin dar por verdaderos hechos no comprobados. Nunca he creído en los extremos, pero tampoco se puede ocultar una verdad tan grande como la ciudad, este es el peor momento deportivo e institucional de la historia de Millonarios.
Lo cierto es que su presencia al frente de la parte deportiva del primer equipo, desde junio de 2008 cuando trajo a Quintabani y liquidaron a una gran cantidad de jugadores para traer la base del actual equipo, ha marcado una de las peores campañas. El último lugar en la reclasificación y la manera como entraría si esto sigue así en 2010 en la tabla del descenso así lo confirman. Usted ha culpado a los jugadores que usted mismo trajo, quienes por muy malos que sean, definitivamente no conforman la peor nómina del país como así lo indica la tabla del año.
Parto del supuesto de sus buenas intenciones para sacar este barco a flote, pero la realidad es más triste que nunca, y hay muchas personas que ahorran en la semana para sufrir el domingo, para ellos Millos es mucho más que un equipo de fútbol y usted no les puede quitar ese derecho a seguir soñando minimizando sus sentimientos, hay quienes queremos que este equipo vuelva a ser grande. Ha dicho usted en varias ocasiones que el perro de la casa no le puede decir al dueño que se vaya, pero es que esos perros, los hinchas, son lo único que queda, la casa está vacía y abandonada, sólo los recibos de deudas la habitan. Aunque sé que esta respetuosa petición, como otras tantas no tendrán eco en usted, le pido, le suplico, le ruego que dé un paso al costado, que permita que otras ideas lleguen a intentar salvar los muebles tanto en lo institucional como en lo deportivo. Profesor García, no se lo tome personalmente, acepte las críticas bien intencionadas de quienes a pesar de todo queremos que el viernes gane y se encarrile hacia la clasificación, pero permita que la historia lo recuerde por sus títulos, no por haber acabado con Millos. El equipo es de los hinchas, déjeselo a ellos.
