Comienzan las semifinales de Champions. Les comparto mi pronóstico.
El martes, en Manchester, el City recibirá al Real. La historia ganadora de los ciudadanos apenas se empieza a construir. Casi siempre estuvieron a la sombra de su vecino, el United. Sin embargo, en la última década, gracias a la alta inversión económica de su dueño, el árabe Mansour Bin Zayed Al-Nahyan, y al correcto manejo de ese recurso, han comenzado a poner trofeos importantes en una estantería en la que sólo hay un título internacional. La Recopa de Europa del 70 es poco para un equipo que de unos años para acá quiere ganarlo todo. El City es, por primera vez en su historia, semifinalista de la Champions, logro que obtiene justo cuando la directiva anunció el despido de su técnico Manuel Pellegrini cuando las jornadas definitivas estaban por venir. Es de anotar que este anuncio se dio porque su sucesor, Pep Guardiola, dio a conocer la noticia prematuramente. Este golpe lo sintió anímicamente el equipo, que vio cómo su líder, por un período, perdió autoridad y ascendencia en el grupo. Fue así como la posibilidad de pelear por la Premier se esfumó. Pero los jugadores quieren darle una gran despedida a Pellegrini; el título de Champions es ahora su único objetivo.
Por los lados del Real, ya todos conocemos la montaña rusa en que se ha convertido su rendimiento. La versión de Zidane es en exceso dependiente de Ronaldo y el portugués está en duda por lesión. El equilibrio que en teoría le ha dado Casemiro no es constante y los merengues no han podido consolidar un equipo consistente. Me inclino por el Manchester City.
En la otra semifinal, el Atlético de Madrid de Simeone, con su ya tradicional fútbol de sacrificio, concentración y táctica para cerrar espacios y buscar la equivocación del rival para después desplegarse en ataque con velocidad y efectividad, enfrentará al Bayern de Guardiola, plagado de estrellas, ya en el ocaso del catalán en su travesía alemana, en donde, a pesar de haber ganado la Bundesliga dos veces, no ha encantado al exigente paladar bávaro. La obtención de la Champions parece ser la única manera de pasar a la historia como héroe de ese club, pero el entorno no ayuda a Pep. Nunca se han entendido entre las partes, nunca hubo amor. Tendencia favorable al Atlético, porque es un equipo que en la cancha siempre ha sido coherente y hoy está más maduro que nunca. Si los pronósticos se dan, tendríamos una final entre el entrenador saliente del City y el que lo va a reemplazar. Hermoso epílogo para una historia que, como la Champions, año tras año es mejor.
