Seamos claros, los pelaos de la Sub-20 dejaron todo en la cancha, sobró corazón para un equipo que llegó a cuartos de final, a punta de ganas e individualidades.
Lara dirigió como mejor pudo e hizo durante dos años, lo que para él, estaba bien. Por otro lado, y más allá de juicios morales, Bolillo reconoció su error y puso la carta de renuncia sobre la mesa. Todo sale mal y responsabilizamos a los encargados de la parte deportiva de la debacle, pero nadie habla de quienes los nombran y trazan las directrices, los directivos de Colfútbol. Ellos tuvieron una semana para el olvido en todas las materias.
En cuanto a la juvenil y el Mundial, haber quedado en cuartos de final eliminados, siendo anfitriones, con un equipo que tuvo dos años de trabajo y que nunca mostró un buen nivel colectivo, suena a fracaso. El equipo llegó hasta donde llegó porque cuenta con buenas individualidades y amor propio. Pero lo de Lara fue terrible, en lo táctico, en lo estratégico. Los directivos lo ratificaron después del Suramericano, condicionado a trabajar la parte mental de los jugadores. Lara nunca mejoró y ahora será carne de cañón, pero los verdaderos responsables son quienes lo nombraron.
Por otro lado, en el tema Bolillo, los directivos han actuado con los pies. Hernán Darío ya reconoció su error e hizo lo que corresponde, poner la carta de renuncia. Pero el manejo de quinta categoría de los que mandan, demuestra el pobre nivel de nuestra dirigencia. Lo cierto es que a dos meses del comienzo de la eliminatoria, no tenemos entrenador, no hay una sede definida y mientras todos aprovechaban la fecha Fifa, aquí estábamos polarizando aún más a un país que debería estar unido por el fútbol. Lo de Bolillo debería estar claro, rodear al humano es menester para que supere una situación que de por sí es difícil para él como persona y que se volvió de dominio público, pero manteniéndolo al margen de la selección. Pero no, a los directivos poco les importa el entorno y menos la persona, los resultados, una vez más, están por verse, pero en caso de un nuevo fracaso, rodará la cabeza de Gómez, los jugadores que no firmaron la carta de apoyo al DT seguro no volverán, pero los directivos, esos seguirán, de tumbo en tumbo.
El Gobierno ayuda, patrocinadores siempre habrá, los aficionados acudiremos a todas las citas, los jugadores dejarán todo en la cancha y los entrenadores harán lo mejor que puedan. Pero mientras no haya directrices claras, mientras no se quiera progresar y esto incluye contratar gente calificada para los cargos, tener una liga decente en lo financiero y replantear todo el trabajo de selecciones, seguiremos viendo crecer a Paraguay, Chile, Perú, Uruguay y Venezuela desde este frío sótano, anquilosados en el pasado, con la prepotencia propia del que está enfermo y tiene todos los síntomas, pero niega su enfermedad.
