Con motivo de la celebración ayer, después de varios años, del clásico entre América y Atlético Nacional, se reabrió una bonita discusión en torno a cuál es el clásico histórico del fútbol colombiano. Es un debate abierto y subjetivo, pues no hay hechos estadísticos que apoyen ningún concepto.
En primera instancia están los clásicos regionales. Millonarios vs. Santa Fe, Cali vs. América y Nacional vs. Medellín son los únicos que se pueden jugar en la A actualmente. El clásico del oriente entre Cúcuta y Bucaramanga y el de la costa entre Júnior y Unión Magdalena están pasando al olvido por la dilatada presencia de motilones y samarios en la B.
Los tres primeros son los que representan a las principales ciudades del país y sus rivalidades internas. El de Cali tuvo un bache que golpeó su popularidad durante el tiempo en que América estuvo en la B y el de Medellín ha cobrado relevancia nacional apenas en los últimos treinta años, cuando sus equipos se han hecho fuertes.
También están los clásicos entre regiones, de los cuales se destacan los enfrentamientos entre Millonarios y Cali, que sin dudarlo fue el derbi de Colombia en las décadas del sesenta y el setenta. Millos y Nacional protagonizaron una rivalidad única a finales de los ochenta y durante los noventa. Azules y escarlatas marcaron la pauta en los ochenta. América y Nacional fue el duelo más significativo de la primera década de este siglo y se podría decir que Santa Fe y Nacional se han sacado chispas en lo que va corrido de este decenio. Santa Fe con América y Nacional con Júnior son otros duelos que tienen un morbo singular. Sin duda, todos han sido históricos y conservan un sabor especial.
Pero, para quien escribe esta columna, el capitalino es el clásico histórico del fútbol colombiano. Es el único que se ha jugado en todas las ediciones del campeonato. Fue el primer gran partido que suscitó interés nacional y es el único que ha mantenido ese estatus a través de los años. Sin importar el lugar en la tabla, a través de todas las décadas, Millonarios y Santa Fe han sabido mantener vivos los ingredientes para que un clásico lo sea. La historia juega un papel fundamental a la hora de enfrentar a dos escuadras en un derbi y los dos equipos de Bogotá tienen los suficientes títulos, seguidores y relevancia como para sustentar que protagonizan y protagonizarán el clásico nacional histórico por excelencia.
