Cuando un equipo produce temor en los rivales menores gracias a su poderío ofensivo suceden cosas como las de los partidos que enfrentaron a Colombia con Venezuela y Perú. No había que ser sabio para suponer que le apostarían a cerrar los espacios y a anular al hombre de las ideas, James Rodríguez.
Lo extraño es que Colombia no prevenga estas situaciones. Ayer, cuando entraron Ibarbo y Jackson se abrieron más espacios a lo ancho y a lo largo de la cancha, aunque no se concretaron las opciones. Por un lado, porque los cambios se hicieron tarde, ayer Colombia regaló buena parte del partido. Por el otro, porque la efectividad que se presentó tanto en las eliminatorias como en el Mundial, no apareció en la primera fase de esta Copa América. Sin Falcao en racha los demás son mortales y más cuando la ansiedad se apodera de los delanteros que entran a apagar el incendio porque tienen que jugar contra el rival, pero también contra el reloj.
No creo que Colombia haya menospreciado a Perú y Venezuela, ellos lo hicieron muy bien en cuanto al trabajo sin balón se refiere. Lo que sí es cierto es que el equipo de todos tendrá que buscar variantes para jugar con rivales de este tipo si quiere que esto no se repita y esas variantes pasan por poner desde el comienzo a los jugadores que están en mejor momento, sobre todo en cuanto a los atacantes se refiere.
La vida sigue y la Copa también. Argentina brindará más espacios como lo hizo Brasil y eso le conviene a Colombia. Ya veremos. Lo que pasó en la primera ronda no es para acabar con la selección, pero sí pone a prueba a Pékerman en cuanto a su conservatismo a la hora de armar la titular. Colombia se está haciendo predecible para los rivales, síntoma inequívoco de que algo hay que cambiar.
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Cuando un equipo produce temor en los rivales menores gracias a su poderío ofensivo suceden cosas como las de los partidos que enfrentaron a Colombia con Venezuela y Perú. No había que ser sabio para suponer que le apostarían a cerrar los espacios y a anular al hombre de las ideas, James Rodríguez.
Lo extraño es que Colombia no prevenga estas situaciones. Ayer, cuando entraron Ibarbo y Jackson se abrieron más espacios a lo ancho y a lo largo de la cancha, aunque no se concretaron las opciones. Por un lado, porque los cambios se hicieron tarde, ayer Colombia regaló buena parte del partido. Por el otro, porque la efectividad que se presentó tanto en las eliminatorias como en el Mundial, no apareció en la primera fase de esta Copa América. Sin Falcao en racha los demás son mortales y más cuando la ansiedad se apodera de los delanteros que entran a apagar el incendio porque tienen que jugar contra el rival, pero también contra el reloj.
No creo que Colombia haya menospreciado a Perú y Venezuela, ellos lo hicieron muy bien en cuanto al trabajo sin balón se refiere. Lo que sí es cierto es que el equipo de todos tendrá que buscar variantes para jugar con rivales de este tipo si quiere que esto no se repita y esas variantes pasan por poner desde el comienzo a los jugadores que están en mejor momento, sobre todo en cuanto a los atacantes se refiere.
La vida sigue y la Copa también. Argentina brindará más espacios como lo hizo Brasil y eso le conviene a Colombia. Ya veremos. Lo que pasó en la primera ronda no es para acabar con la selección, pero sí pone a prueba a Pékerman en cuanto a su conservatismo a la hora de armar la titular. Colombia se está haciendo predecible para los rivales, síntoma inequívoco de que algo hay que cambiar.
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