Este gobierno ha sido fiel a su promesa de ser el del cambio en lo que tiene que ver con el deporte. Todo ha cambiado, pero para mal.
El presidente ha dicho que no entiende la razón de ser del Ministerio del Deporte y ha sido coherente con la nula importancia que le ha dado. A la insólita pérdida de la sede de los Panamericanos y el par de nombramientos en esa cartera de gente sin capacidades para moverse dentro del establecimiento se le suma la intención de abandonar casi por completo al deporte de alto rendimiento mientras se le promete a la gente que se va a privilegiar el deporte recreativo, como si se estuvieran inventando algo que existe hace casi cien años, por ejemplo los Juegos Nacionales Intercolegiados. Por supuesto que se debe invertir en el deporte recreativo y mejorarlo, pero no se puede abandonar de esa manera al de alto rendimiento, que representa los sueños de miles de colombianos por representar a nuestro país, ganar medallas y demostrar progreso. La rebaja en premios por lograr medallas olímpicas parecía la tapa de la olla, pero el documento preliminar que presenta el presupuesto nacional para 2025 produce ganas de llorar.
Según el mismo, el presupuesto de inversión destinada al deporte pasará de $1,3 billones a $400.000 millones, una reducción de más del 60 %. Se entiende que no es año olímpico y que por eso los costos bajan notablemente. Normalmente hay una reducción en el año posolímpico, pero nunca tan drástica. De hecho, si estamos ante el cambio definitivo la inversión debería mantenerse o aumentarse.
No se esperaba mucho de este gobierno en materia deportiva. El deporte en campaña brilló por su ausencia, en esta y en todas las demás. Pero una cosa es que no fuera importante y otra que se ninguneara como nunca antes a un agente de cambio, progreso, excelencia y promoción de valores como lo es el deporte.
Sería lindo que el presidente, asiduo tuitero, invirtiera parte de su tiempo en los hilos que hablan de miles de historias que tratan sobre épica y progreso alrededor del mundo por estos días olímpicos o tan siquiera oyera el cubrimiento de la Radio Nacional de Colombia, que por primera vez ha montado un gran despliegue informativo alrededor de las justas en el marco de la conformación de un departamento de deportes que se armó de manera inteligente y vanguardista, siendo este tal vez el único hito para registrar alrededor de la gestión pública en torno al deporte en los últimos dos años.
Quedan dos años del gobierno del cambio, toda una oportunidad para darle la importancia que se merece el deporte, un asunto del que muy pocos se han ocupado históricamente y que bien podría hacer una diferencia en favor de los millones de colombianos que no es que queramos, es que necesitamos deportes.
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