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Columna de Antonio Casale: Millonarios 2023

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Antonio Casale
05 de diciembre de 2022 - 02:30 a. m.
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Una vez más se quedó Millonarios cerca de disputar el título. Bueno, es un decir, porque hace ya tres torneos que no llega a la final siquiera. Lo que no cambia es el buen rendimiento a lo largo de cada certamen, su manera de jugar al fútbol propositiva y agradable a la retina.

Lo anterior es consecuencia de un proceso de tres años que solamente ha generado el título de la Copa de este año, muy poco para lo que significa el esfuerzo de mantener una línea estratégica por tanto tiempo tanto dentro como afuera de la cancha. Máximo cuando, por tercera vez consecutiva, el título de campeón va a caer en poder de equipos que a lo sumo llevan seis meses con su entrenador. Comienza uno a preguntarse si lo de los procesos es más una cerreta de algunos soñadores que vemos desde la tribuna la manera como se hacen las cosas.

Pero es que no solo por tener un proceso las cosas se tienen que dar. Lo más importante de los procesos es alimentarlos conforme las exigencias lo vayan dictando. Eso no sucede en Millonarios. Los errores son los mismos todos los semestres y los correctivos también.

Uno entiende que el modelo debe ser económicamente autosostenible, porque los dueños así lo establecieron. Toman pocos riesgos, pero al fin y al cabo es la plata de ellos. Eso sí, sus presupuestos incluyen las taquillas generadas por miles de seguidores que se ilusionan una y otra vez con celebrar campeonatos y al final quedan en las mismas, desilusionados. Los dueños saben que la gente no se va a cansar de apoyar, pero podrían dar un poco más a cambio.

Es cierto que hace apenas unos años Millonarios pocas veces entraba a las finales y ahora pelea arriba siempre, pero ya es hora de dar un paso adelante.

No sé si es porque a Gamero no le gusta rodearse de jugadores carasucias, de esos que con su temperamento le pueden dar vuelta a una historia como en su momento lo fueron Cadavid o De los Santos en la estrella de 2017, pero de esos no hay en día y sí que hacen falta en momentos determinantes.

Tampoco hay un goleador de raza. El Deportivo Pereira y el DIM suman 23 tantos entre sus dos goleadores. Castro, por un lado, lleva 13 y Cambindo, por el otro, 10 (al momento de escribir esta columna). El goleador de Millonarios no aparece en la lista de los diez primeros del país. Y los goleadores cuestan dinero.

Está bien apostarle a la cantera, pero también está bien que el entrenador pueda mirar al banco y encontrar soluciones, no problemas. Eso también cuesta plata. Principio básico de innovación: hacer cosas distintas para obtener resultados distintos. Es hora de alimentar ese bonito proceso con inversión en jugadores.

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