Desde el subtítulo alcanzado por Atlético Júnior en la Copa Sudamericana en 2018, las actuaciones de los clubes colombianos en torneos internacionales han sido una auténtica vergüenza. Las eliminaciones en primera ronda han sido predominantes en ese torneo y la Libertadores.
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No nos comparemos con brasileños y argentinos para no llorar, pero en ese período de tiempo Ecuador puso al Barcelona en las semifinales de la Libertadores en 2021 y al campeón de la Sudamericana del año pasado, Independiente del Valle, que de paso le ganó a Flamengo la Recopa en el Maracaná.
Esta semana comienza un nuevo reto en fase de grupos. En la Libertadores, Atlético Nacional enfrentará a Melgar de Perú, Olimpia de Paraguay y Patronato de Argentina. Deportivo Independiente Medellín se verá con Inter de Brasil, Metropolitanos de Venezuela y Nacional de Uruguay mientras que Deportivo Pereira enfrentará a Boca de Argentina, Colo Colo de Chile y Monagas de Venezuela. En la Sudamericana, Millonarios jugará contra América de Brasil, Defensa y Justicia de Argentina y Peñarol de Uruguay. Santa Fe lo hará con Gimnasia de Argentina, Goiás de Brasil y Universitario de Perú. Tolima jugará contra São Paulo de Brasil, Tigre de Argentina y Puerto Cabello de Venezuela. Después de jugar todos contra todos en ida y vuelta, dos de cada grupo seguirán en competencia.
Viendo los enfrentamientos, que casi siempre son así de parejos, resulta insólita la pobre participación de los nuestros en las recientes ocasiones y se ha convertido en lugar común decir que nuestro campeonato es malo. Lo raro es que quienes seguimos con atención nuestra liga encontramos cosas interesantes en todos los aspectos. Hay distintos modelos tácticos, versatilidad, cada día se corre más y en general es un torneo en el que predominan los equipos propositivos. Hay buenos entrenadores como Gamero, Autuori (que es el entrenador en actividad más veces campeón de la Libertadores), Hernán Torres, Guimaraes (que dirigió y jugó en mundiales), Bolillo Gómez (que clasificó a tres selecciones a copas del mundo) y algunos prometedores que resultan interesantes, como Rivera en Santa Fe, González en Medellín y Restrepo en el Pereira.
Hoy, a diferencia de hace unos años, jugadores de la talla de Juan Fernando Quintero, Hugo Rodallega y Carlos Bacca juegan en nuestra liga. Otros vienen de la primera división de Argentina, como Pons del Medellín o Cristian Zapata de Nacional. La fábrica sigue produciendo buenos futbolistas aunque, lamentablemente, se van muy biches al exterior y en la mayoría de los casos terminan devolviéndose ya con varios fusibles quemados.
Entonces ¿qué pasa? Lo de siempre. Falta de concentración en momentos claves, poca efectividad en definición y en algunos casos falta de convicción. Ojalá en este 2023 varios clubes puedan hacer algo decoroso, se lo merecen y hace falta.
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