En tres semanas tendremos de nuevo triple jornada eliminatoria mundialista a Catar 2022. Después de esa vendrá otra doble y 2021 se terminará con solo cuatro partidos por jugar para definir a los cuatro clasificados y el que irá a repechaje por parte de nuestro continente. A pesar del buen semblante dejado en el partido ante Chile, y la sensación de que se pudo sacar un mejor recaudo en Bolivia y Paraguay con un poco más de atrevimiento, la cosa está bien complicada. En la tabla somos quintos, pero venimos de jugar contra tres selecciones que están por debajo de la nuestra en la tabla, ahora vienen cuatro juegos contra rivales que están por encima, incluidos dos contra Brasil. Aunque todos los partidos son finales de acá en adelante, hay que poner el foco en los juegos contra Uruguay, el 7 de octubre en Montevideo, y Ecuador, a jugarse el 14, tres días después de hacerlo contra Brasil. Es que son esos los dos rivales con los que se puede disputar un cupo directo al mundial, son los dos terrenales que están por encima nuestro (Brasil y Argentina van a ir sí o sí).
El vaso medio lleno indica que volverá James, pues ha sido bloqueado por la Federación en su equipo, lo que quiere decir que está en la lista de convocables. Al parecer, el diez ha cambiado su actitud y si vamos a hablar de fútbol, esté o no compitiendo, tiene un talento que está por encima del promedio para solucionarnos problemas reales, como la falta de generación de opciones.
Que Falcao y Duván Zapata estén haciendo goles en Europa es saludable. Que Santiago Arias esté jugando representa una opción real de contar con un lateral izquierdo (él ya jugó con perfil cambiado varios partidos en el Mundial de Brasil). También es positivo el arreglo entre la FIFA y el gobierno británico para poder contar con los jugadores que trabajan allá. En resumen, el entrenador tendrá más y mejores herramientas para jugar a lo Colombia; es decir, de manera propositiva y generosa, tal como lo marca la tendencia del fútbol actual en el mundo.
El vaso medio vacío indica que Reinaldo Rueda es conservador y eso no va a cambiar a pesar de las circunstancias. En su cabeza para los juegos ante Uruguay y Brasil está la idea de los cuatro centrales en defensa y un buen filtro en la mitad, tal como lo hemos visto en la mayoría de juegos desde su regreso al cargo de seleccionador. Y digo que es medio vacío porque aunque de esa manera estamos metidos en la pelea, es hora de sumar de a tres puntos. De empate en empate no nos va a rendir, pero, sobre todo, no nos podemos morir de hambre con la nevera llena. Escenarios como el del partido ante Paraguay, en el que Luis Díaz, Falcao y Quintero iniciaron en el banco, son muy probables de repetir, sobre todo en Montevideo. En la Copa América eliminamos a Uruguay y fuimos ligeramente mejores en el trámite del partido. Pero en la normalidad, haciendo lo mismo que ellos han hecho toda la vida, un juego físico y temperamental, nos llevan por delante. Así lo demuestran las tres derrotas consecutivas sufridas en las últimas tres eliminatorias ante los charrúas