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El deporte aficionado es cada vez más importante en el país. Cerca de 44.000 personas recorrieron ayer la Media Maratón de Bogotá en su edición 18. La mayoría de ellos son aficionados que se la tomaron muy en serio.
Daba gusto ver compañeros de trabajo cuidando su alimentación y ejecutando su plan de preparación desde hace dos meses para esta carrera. Los parques y las calles estuvieron durante varios meses llenas de gente haciendo lo propio. Hay cerca de un centenar de carreras en el año en todo el país. Las tiendas deportivas especializadas en running se han tomado las principales ciudades.
Algo parecido sucede con el ciclismo. Cerca de 400.000 bicicletas se venden al año. Hay grupos que salen a las calles en gran número a tempranas horas del día o en las noches a recorrer las principales ciudades. La meta, al igual que en el running, es la misma: mejorar el tiempo personal en determinado recorrido.
El tenis aficionado también crece. Ahora hay canchas en conjuntos residenciales de todos los estratos. Ya no es el deporte elitista de antes. Aprenderlo y practicarlo es menos costoso de lo que parece. Para los más avanzados existe en Bogotá una comunidad digital, TFC, que ya cuenta con 2.500 personas y en la que se organizan diferentes torneos para todos los niveles. Basta con que bajen la aplicación en su celular para tener siempre un partner con quien jugar y competir.
El fútbol de parque siempre ha sido importante. Se han inaugurado varios campos públicos en el último año en Bogotá con iluminación artificial y el negocio de las canchas de fútbol cinco crece sin parar. Hay torneos de todo tipo y disponibilidad para que los amantes del fútbol sigan practicándolo a cualquier hora y edad en un formato más amigable. Al jugarse en césped sintético, no tienen huecos ni montículos propicios para lesiones, como los de césped natural, y conseguir dos equipos de cinco jugadores es más fácil.
Las variantes que ofrecen los gimnasios son innumerables. El cross fit o entrenamiento militar está de moda; todas las semanas se abren nuevos lugares bajo techo para perfeccionar los músculos.
Los papás emprenden acciones para que sus hijos encuentren a temprana edad un deporte que les apasione practicar y las opciones están al alcance de cualquier bolsillo. Las cajas de compensación, por ejemplo, son una gran opción. Este sin duda es el camino para que los niños crezcan lejos de adicciones como el alcohol y las drogas.
La cultura deportiva aficionada crece y ese es un sinónimo de esperanza para una sociedad que necesita mejorar.
