Si uno ve la tabla del descenso al revés —es decir, la sumatoria de puntos de los últimos dos años y medio en las fases regulares—, puede entender cuáles son los clubes con mayor regularidad del fútbol colombiano en los últimos tiempos.
No es sorpresivo ver a Millonarios en primer lugar seguido de Nacional, a tres puntos (esto antes del comienzo de la jornada de este fin de semana), Deportes Tolima, Júnior y América de Cali. Sin embargo entre el segundo (Nacional) y el tercero (Tolima), hay 20 puntos de diferencia. Eso nos permite concluir que azules y verdolagas hacen mejor la tarea que los demás y con bastante margen.
Ahora bien, entre Millonarios y Nacional de los últimos dos años y medio también hay diferencias en la manera como se han distanciado de los otros. Los de Bogotá han tenido a un solo DT, Alberto Gamero. Han apostado por una mezcla de jugadores de experiencia con hombres hechos en la fábrica y, como no sucedía hace mucho rato, activaron la venta de futbolistas al exterior. Además han patentado un estilo de juego acorde con el paladar de sus hinchas. Millos privilegia el buen trato de pelota a través de su circulación para encontrar espacios libres y cuenta con muchas variantes. Si algo ha hecho el país futbolero es aplaudir sin parar este proceso.
En Nacional en cambio ha pasado de todo en estos dos años y medio. Cinco entrenadores pasaron por el banco (Guimaraes, Restrepo, Herrera, Sarmiento y Autuori). Con el primero apostaron a las transiciones, con el segundo a la tenencia de balón, con el tercero a sacar el resultado por encima de todo, con el cuarto taparon un hueco y con el brasileño, al orden y la competitividad. En este último tramo también han promocionado una gran cantidad de futbolistas que seguramente tendrán salida más temprano que tarde. Esta montaña rusa ha estado acompañada de una crítica implacable por parte del entorno externo de la institución.
Tal vez la única coincidencia notoria entre los dos equipos es que se han animado a buscar en la cantera una identidad que además sea una fuente de negocio. Los dos lo hicieron por necesidad ante la precaria situación económica pospandemia, lo cual no tiene nada de malo. Total, los grandes cambios de la sociedad se han dado más por necesidad que por convicción.
En este tiempo los de Medellín han ganado una Liga, una Copa y una Superliga mientras Millonarios levantó una Copa Colombia. Le falta la liga para firmar el libro de una época brillante desde donde se le mire.
En definitiva, el resultado es manda en el fútbol, pero la verdad absoluta sobre cómo lograrlo simplemente no existe.