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Como se esperaba desde que se conoció la convocatoria, la primera alineación de Néstor Lorenzo como entrenador de la selección Colombia iba a estar llena de veteranos. Pero la expectativa estaba en conocer la intención ofensiva del equipo y el desempeño de los jóvenes en los minutos que tuvieran. Las dos cosas estuvieron bien.
Partamos de la base de que Guatemala no es un buen medidor. Pero entendemos que a partir de ahora no hay partidos amistosos. Ir al Mundial de 2026 (hay seis cupos y medio para diez selecciones suramericanas) será como llenar un formulario para confirmar la asistencia. El verdadero reto estará en tener un buen ranquin FIFA para llegar a ese mundial (sería mejor llamarlo festival) en una buena posición para llegar lejos.
En ese sentido Colombia hizo lo que tenía que hacer: pulverizó a su rival durante todo el juego con intensidad ofensiva, lo presionó arriba y le propuso una velocidad inalcanzable para ellos. Desde ya se ve que la intención de Lorenzo dista mucho de la de Rueda y Queiroz y se asemeja más, como lo esperábamos, a la de Pékerman. El equipo jugó suelto y libre en materia ofensiva y apenas perdió la pelota en salida una vez, en el gol rival. De pronto habría que preguntar si los centrales participarán en la salida del equipo como sucede en el fútbol moderno. Llinás y Lucumí estuvieron más bien en la retaguardia todo el tiempo.
Los veteranos hicieron lo suyo. Marcaron el territorio y se llevaron de camiseta a los guatemaltecos, que parecían querer tomarse fotos con Falcao y James. A propósito de James, es insoportable. El gesto desafiante con el público en el momento de marcar el gol no significa nada distinto a que, lejos de madurar, con el tiempo se vuelve más inmaduro. En lo futbolístico hay que rescatar que está bien físicamente, se le ven las ganas de volver por sus fueros y el talento no se le ha perdido. Sin embargo en el segundo tiempo, al ver a Yaser Asprilla y a Carrascal jugar en cuarenta metros con soltura, alegría y velocidad, se confirmó que James fue titular porque Lorenzo lo conoce y por sus charreteras. El presente es más halagador con el ex Envigado y el ex River.
Viene un examen más riguroso como lo es México, que se está preparando para jugar el Mundial. En la alineación titular sabremos si Lorenzo será un entrenador terco, conservador y apegado al pasado o uno, como su mentor Pékerman, que apuesta por los jóvenes que se quieren comer el mundo. Lo correcto sería apostarle al equilibrio con Ospina, Cuadrado y de pronto Falcao rodeados de los jóvenes. Al fin y al cabo en ellos está el futuro.
Lo de Guatemala estuvo dentro de lo esperado y lo mejor fue ver al equipo suelto. Pero por ahora, por mucho que James calle a quienes lo criticamos tras marcar un gol, el luto y la rabia por la eliminación siguen. Y él es, en su calidad de líder, uno de los responsables.
