El minuto de Dios

Millonarios está a punto de quedar eliminado de los playoffs de la liga colombiana sin jugar muy distinto a como lo hizo el año pasado cuando quedó campeón. No hay que buscar muchas razones, los azules perdieron cinco puntos en el último minuto, cuando ya no hay tiempo para recuperarse.

Contra Jaguares y Alianza Petrolera se escapó el triunfo en calidad de local y ante Leones se esfumó un empate. Son cinco puntos que hoy tendrían al campeón de Colombia en la parte alta de la tabla. El mundo del fútbol está lleno de ejemplos que marcan diferencias a favor o en contra en el último suspiro.

Durante un buen tiempo se habló en España del minuto noventayramos, en alusión a los goles que marcaba Sergio Ramos en el ocaso de juegos definitivos, como en aquella final de Champions ante el Atlético de Madrid o esa Supercopa Europea ante el Sevilla. En reciente charla, Juan Carlos Osorio reseñaba que un gran porcentaje de los goles convertidos en el Mundial de Brasil se hicieron en el último tercio. No es secreto que uno de los trucos que mejor manejan los expertos en apuestas deportivas es la probabilidad de que los partidos se definan sobre el final.

Por eso es fundamental la correcta preparación física para la competencia. Es la base para que la fortaleza mental pueda ejercer su labor en la toma de decisiones. También para mantener la intensidad en todos los sectores del campo. De la misma manera, para el equipo que va ganando es imperioso tener la inteligencia para manejar los resultados a favor. Ya vimos cómo el Liverpool tenía una ventaja de cinco goles ante la Roma que dejaba al equipo de Klopp en la final sin discusión, hasta que recibieron dos goles en los últimos minutos que dejaron la serie abierta.

En los últimos instantes de la competencia los nervios y el cansancio hacen que el margen de error aumente, pero de ninguna manera se le puede endilgar a Dios o a la mala suerte la responsabilidad de lo que pueda pasar en esas circunstancias.

Los equipos bien preparados física y mentalmente tienen definitivamente más posibilidades de ganar batallas sobre el final. En la competencia moderna los pequeños detalles son los que marcan las grandes diferencias.