Francisco Maturana siempre ha insistido en la importancia que tiene el entorno de un equipo, en el fútbol y en la vida.
Insiste porque él, como nadie, sabe lo difícil que fue intentar unir a un país polarizado alrededor de su selección, a pesar de esa maravillosa generación de futbolistas con la que contaba. Siempre tuvo que pelear contra quienes le llamaban “versero, rosquero” y demás ofensas que nada tienen que ver con el fútbol.
En el periodismo, en las calles, en las ciudades, en los salones de clase y en los pasillos se respiraba división, apenas nos abrazábamos cuando venían los triunfos. Eso sí, los enemigos de siempre esperaron su caída para caerle como chulos a cobrar su victoria. Porque una cosa es no estar de acuerdo con algunos conceptos, discutir los planteamientos tácticos o las convocatorias, y otra muy distinta cazar conflictos personales con quienes tienen la responsabilidad de representarnos como país.
Afortunadamente los tiempos cambian y todo parece indicar que este nuevo país es más consciente de la importancia de un buen entorno, para todos los retos de la vida. Ojo, buen entorno no significa que todo lo tengamos que aplaudir ni que los periodistas tengamos que volvernos defensores de oficio de quienes manejan los hilos de la selección. No, significa valorar en su verdadera dimensión los recursos con que contamos, para ejercer una crítica constructiva, primero que todo desde el punto de vista futbolístico, con todo lo que ello incluye. Empujar para el mismo lado no significa aplaudir siempre, empujar para el mismo lado significa que todos, desde el rol de cada uno, cumplamos con nuestra función a cabalidad.
Por lo anterior, me llaman la atención dos hechos de la semana pasada. El primero tiene que ver con el discurso del presidente Santos, en la ceremonia de entrega de la bandera a nuestros jugadores de selecciones que competirán próximamente, tanto en el Mundial Sub 20 como en Copa América. Es plausible que por fin, desde la presidencia, se le dé al deporte la importancia que debe tener y se le entregue el rol protagónico que debe desempeñar en el mejoramiento de nuestra sociedad, tomando como ejemplo la unificación nacional que significó el rugby en Sudáfrica o el deporte en general en España. Y lo mejor es que esto no se está quedando en discurso. Hay mano dura desde Coldeportes, pero también se entregan herramientas desde el alto gobierno para sacar esto adelante.
El otro hecho tiene que ver con una pregunta del periodista Pote Ríos a Hernán Darío Gómez en la rueda de prensa, tras el entrenamiento de la selección que se prepara para la Copa América. Al preguntarle por las cosas que han cambiado en todos estos años, Bolillo respondió muy satisfecho que todos hemos cambiado, incluso el periodismo. Dijo que ahora hablamos más de fútbol, hablamos del juego y sus variantes, felicitó a las nuevas generaciones de periodistas, sin desmeritar a los demás. Pues bien, eso es entorno positivo. Podremos estar de acuerdo en muchas cosas y en otras no. Algunos opinarán que Falcao y Teo deben estar juntos, otros dirán que es una locura, pero siempre dentro del marco del respeto y teniendo claro el objetivo. Repito, desde el rol de cada uno.
Contamos con una muy buena generación de futbolistas que empieza a brillar con luz propia en el exterior y en la cual tenemos cifradas expectativas cada vez más altas. Pero lo mejor, poco a poco nos estamos uniendo todos, no para sobar chaquetas, sino para sacar esto adelante. Sin personalizar conflictos, sin regionalismos y con rigurosidad. El entorno.
Francisco Maturana siempre ha insistido en la importancia que tiene el entorno de un equipo, en el fútbol y en la vida.
Insiste porque él, como nadie, sabe lo difícil que fue intentar unir a un país polarizado alrededor de su selección, a pesar de esa maravillosa generación de futbolistas con la que contaba. Siempre tuvo que pelear contra quienes le llamaban “versero, rosquero” y demás ofensas que nada tienen que ver con el fútbol.
En el periodismo, en las calles, en las ciudades, en los salones de clase y en los pasillos se respiraba división, apenas nos abrazábamos cuando venían los triunfos. Eso sí, los enemigos de siempre esperaron su caída para caerle como chulos a cobrar su victoria. Porque una cosa es no estar de acuerdo con algunos conceptos, discutir los planteamientos tácticos o las convocatorias, y otra muy distinta cazar conflictos personales con quienes tienen la responsabilidad de representarnos como país.
Afortunadamente los tiempos cambian y todo parece indicar que este nuevo país es más consciente de la importancia de un buen entorno, para todos los retos de la vida. Ojo, buen entorno no significa que todo lo tengamos que aplaudir ni que los periodistas tengamos que volvernos defensores de oficio de quienes manejan los hilos de la selección. No, significa valorar en su verdadera dimensión los recursos con que contamos, para ejercer una crítica constructiva, primero que todo desde el punto de vista futbolístico, con todo lo que ello incluye. Empujar para el mismo lado no significa aplaudir siempre, empujar para el mismo lado significa que todos, desde el rol de cada uno, cumplamos con nuestra función a cabalidad.
Por lo anterior, me llaman la atención dos hechos de la semana pasada. El primero tiene que ver con el discurso del presidente Santos, en la ceremonia de entrega de la bandera a nuestros jugadores de selecciones que competirán próximamente, tanto en el Mundial Sub 20 como en Copa América. Es plausible que por fin, desde la presidencia, se le dé al deporte la importancia que debe tener y se le entregue el rol protagónico que debe desempeñar en el mejoramiento de nuestra sociedad, tomando como ejemplo la unificación nacional que significó el rugby en Sudáfrica o el deporte en general en España. Y lo mejor es que esto no se está quedando en discurso. Hay mano dura desde Coldeportes, pero también se entregan herramientas desde el alto gobierno para sacar esto adelante.
El otro hecho tiene que ver con una pregunta del periodista Pote Ríos a Hernán Darío Gómez en la rueda de prensa, tras el entrenamiento de la selección que se prepara para la Copa América. Al preguntarle por las cosas que han cambiado en todos estos años, Bolillo respondió muy satisfecho que todos hemos cambiado, incluso el periodismo. Dijo que ahora hablamos más de fútbol, hablamos del juego y sus variantes, felicitó a las nuevas generaciones de periodistas, sin desmeritar a los demás. Pues bien, eso es entorno positivo. Podremos estar de acuerdo en muchas cosas y en otras no. Algunos opinarán que Falcao y Teo deben estar juntos, otros dirán que es una locura, pero siempre dentro del marco del respeto y teniendo claro el objetivo. Repito, desde el rol de cada uno.
Contamos con una muy buena generación de futbolistas que empieza a brillar con luz propia en el exterior y en la cual tenemos cifradas expectativas cada vez más altas. Pero lo mejor, poco a poco nos estamos uniendo todos, no para sobar chaquetas, sino para sacar esto adelante. Sin personalizar conflictos, sin regionalismos y con rigurosidad. El entorno.