Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Poco a poco han vuelto a soplar buenos vientos para Falcao. Sin duda le conviene a la selección.
Hizo una buena pretemporada en el Mónaco, alejado de la presión que vivió en Inglaterra. El lugar en donde nunca lo quisimos ver cuando se fue del Atlético de Madrid terminó siendo el sitio ideal para su recuperación física, mental y futbolística. La manera como superó esa pequeña lesión sufrida a comienzo de temporada, cuando ya contábamos con él para los compromisos contra Venezuela y Brasil, así lo demuestra.
Más allá del gol que convirtió el fin de semana pasado en la Liga francesa, el rendimiento de Falcao ha sido óptimo desde que volvió al principado. Un delantero goleador depende de la confianza y ésta es la consecuencia de una serie de factores que en la tranquilidad de Mónaco son más fáciles de encontrar. Un luchador incansable como el Tigre lo sabe y por eso la está encontrando.
En buenas condiciones, Falcao es uno de los mejores delanteros del mundo, categoría en la que no se completan diez jugadores. La Liga francesa no es tan competitiva como la inglesa o la española, pero al fin y al cabo está en el fútbol de élite, el europeo, y además está en Champions, donde ya tuvo unos buenos minutos la semana anterior.
El samario no necesita que lo promocionen; cuando está en condiciones, sus goles hablan por él, y lo están haciendo. Por eso su convocatoria para los juegos que vienen es inminente. En una selección como la nuestra, que depende tanto de lo que puedan lograr las individualidades, un hombre como Falcao, con su promedio de efectividad, muy superior al de sus compañeros, puede ser determinante. Ojalá en unos días podamos decirle de nuevo, bienvenido a casa, Tigre.
