Pasó casi desapercibida la noticia porque se anunció al tiempo con las sedes de la Copa del Mundo de 2026 en Estados Unidos, México y Canadá, pero ese será el primer festival mundial de fútbol. La copa de Catar, en cambio, será la última que tenga a la verdadera élite del fútbol mundial.
La FIFA habla de inclusión, otros hablamos de asegurar votos para la reelección de los que gobiernan actualmente. El caso es que a la cita de 2026 acudirán ya no 32 países sino 51. De ellos seis, uno por confederación, jugarán un repechaje a partido único, unos días antes del comienzo de los 16 triangulares que darán paso a 32 países (los dos primeros de cada uno) que se eliminarán también de manera directa hasta llegar a la final, al mejor estilo de un abierto de tenis. Esto aumentará significativamente el número de países asiáticos, africanos y de Concacaf (Centro y Norteamérica).
Suramérica por su parte, pasará de cuatro cupos y medio a siete (uno de ellos al explicado repechaje). Ya la Conmebol se había expresado en contra de este sistema porque prácticamente acaba con la eliminatoria de nuestro continente que, aparte de ser emocionante y competitiva, es un gran negocio para las federaciones. Esas nueve taquillas se reducirán la mitad.
La UEFA, ente rector del fútbol europeo, tampoco está de acuerdo por la misma razón y otras dos más poderosas. Su eliminatoria será más corta, la segunda, en la Copa del Mundo. No nos digamos mentiras, no habrá muchos partidos de interés. Ellos tienen siete u ocho países que son muy superiores al resto del mundo, con excepción de Brasil y Argentina.
Pero lo más grave para la UEFA es que las selecciones tendrán más partidos, más competencias y sobre todo más protagonismo. En el fondo parte de lo que se pretende es restarle importancia a la Champions. El problema es que los sustanciosos sueldos de los futbolistas los pagan los clubes.
Además, el formato presentado por la FIFA pretende aplicarse no cada cuatro años, como es ahora, sino cada dos, dejando los torneos continentales como la Copa América y la Euro para los años en los que no haya Copa del Mundo.
La primera reacción de la UEFA ha sido invitar a la Conmebol a jugar la Nations League, un torneo semiamistoso por categorías que claramente sería más atractivo, en cuanto a nombres, que la nueva Copa del Mundo. Conmebol aceptó y así se presenta un primer gran desafío para las pretensiones de la FIFA.
Claramente, el fútbol de selecciones como lo conocemos cambiará después del alicaído Mundial de Catar. Ahora se competirá más los puntos del ranking FIFA que por ser campeón del mundo o continental. Veremos si les funciona el festival. Lo cierto es que a nadie parece importarle el nivel de los torneos.
