Fracasos

Están los ocho clasificados, pero como ahora sólo se hablará de los privilegiados, es el momento de sacar las conclusiones del fracaso de tres equipos que se armaron para ser campeones, y tendrán que contentarse con ver por Tv. los cuadrangulares, mientras intentan explicarle a sus hinchas que Quindío, Envigado, Boyacá y La Equidad, con nóminas más baratas, lograron el objetivo.

Empecemos por Millos. Fracasó desde donde se le mire. El otrora grande equipo embajador apenas ha podido participar en cinco de 13 finales. Tiene una nómina costosa y poco efectiva, y su entorno es la novela más escandalosa del fútbol colombiano. El problema supera lo deportivo, es institucional y no se ven soluciones a corto plazo; sus dueños deben entender que su ciclo se cumplió. Pero mientras se da una posible operación de cambio de accionistas mayoritarios, debe armar un equipo con menos caciques y más indios, dirigido por un técnico ganador. Por último me pregunto, ¿cuál fue el beneficio de Vanemerak? Todos los equipos clasificados aguantaron a sus técnicos.

Nacional, el bicampeón, no logró nada, ni en la Libertadores ni en el rentado. No supo reemplazar a Aristizábal ni a Aldo. Sin embargo, las recientes alegrías le dan un compás de espera a sus directivos para que corrijan sus equivocaciones.

Y el otro fracaso, Júnior. No se puede desconocer el gran repunte, tras la llegada de Comesaña, pero el balance final es pobre. Tenían aspiraciones de ser campeón y su eliminación deja un saldo negativo.

Con todo el respeto que me merecen los demás, que llegaron a los cuadrangulares, a una semifinal sin Nacional y Millos le falta sal.  A estas escuadras, los aficionados les dieron mucho más de lo que recibieron. Estas divisas quedaron en deuda, con una diferencia, Millos está en estas hace 20 años, y Nacional, hace un mes.