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Lo dicen con una facilidad que deslumbra. Uno no sabe si es por ignorancia o por la tendencia eterna de la humanidad a creer que todo tiempo pasado fue mejor, como si estuviéramos muy bien a consecuencia del pasado.
Les dicen a los nacidos en la última década del siglo pasado y comienzos de este que son parte de la generación de cristal porque se rompen fácil, no tienen resistencia y en consecuencia no insisten, son cómodos y les encanta vivir en su zona de confort. Pero los vagos han existido siempre, así como la gente pila también.
En el deporte, comparar a los héroes que están de salida con los que están reemplazándolos no tiene sentido. Siempre se dijo que Pelé era irreemplazable y aparecieron sucesivamente Maradona, Zidane, Ronaldo, Ronaldinho, Messi y CR7. Nadie se imaginó que Rod Laver tuviera reemplazo en el tenis y sus récords fueron pulverizados. Primero Borg, McEnroe y Connors. Después lo hicieron Lendl, Becker, Agassi y Sampras. A Schumacher le salió un Hamilton en la Fórmula Uno.
No sé si los de ahora batirán de nuevo los récords de sus antecesores, porque hacen parte de un mundo en el que, gracias a las redes sociales, es mucho más que su actividad deportiva profesional. Otros valores hacen que su carrera deportiva sea lo más importante, pero no lo único importante.
Es así como vemos a Kylian Mbappé decidiendo no renovar su contrato con el PSG para jugar en el equipo de sus sueños, el Real Madrid. Quiso ser grato con su actual equipo y pidió que negociaran con los blancos para que le ingresara dinero a la escuadra que lo potenció, pero sus jefes jeques no quisieron. El francés está cumpliendo su último año de contrato con el mismo compromiso del primer día, pero no pierde la oportunidad de confirmar que se irá libre al final de la temporada a cumplir su sueño.
Erling Halland, el otro joven futbolista que todos quieren contratar, podría estar en alguno de los grandes equipos del mundo, pero prefiere cumplir su contrato con Borussia Dortmund, el segundo de Alemania, muy lejos del Bayern Múnich, porque sabe que se está terminando de formar. Ante la propuesta de 137 millones de euros del campeón de Europa, Chelsea, el noruego respondió públicamente que “eso es mucho dinero para una sola persona”.
Naomi Osaka, la tenista fustigada y criticada por haberse retirado de Roland Garros tras sufrir crisis de ansiedad porque no puede gestionar las ruedas de prensa, tuvo la valentía de poner sobre el tapete un asunto del que se habla poco pero que sacude a los deportistas en un porcentaje excesivamente alto: la salud mental.
Anthony Zambrano, Mariana Pajón y Egan Bernal no se cohíben a la hora de decir lo que piensan sobre la realidad nacional. Esa es la brillante generación de cristal que nos espera.
