"Hay que salir a pelear, hay que salir a luchar, hay que volver a encontrar todas las cosas divinas, defender el lugar. Tenés que hacerte valer, no sos un trapo de piso, hoy decidís un país, podés cambiar este gris ahora, o no lo hacés más".
El comienzo de la canción Hay que salir al sol, del argentino Fito Páez, parece más bien un canto de batalla dedicado a su paisano José Pékerman, quien será presentado esta semana como seleccionador de Colombia.
Pékerman cuenta con jugadores de notables condiciones técnicas, que actúan en ligas de primer nivel y a quienes conoce desde las categorías juveniles cuando los enfrentaba mientras dirigía a Argentina.
En condiciones normales, las cosas divinas que nos entregó nuestra selección en otras épocas deben reaparecer en los pies de esta generación, que sabe que es ahora o nunca.
Pero para lograr los objetivos, Pékerman sabe que tiene que salir a pelear, y para eso no puede ser un trapo de piso. Debe saber el argentino que el enemigo más grande no estará al otro lado de la cancha. Tendrá que luchar contra unos directivos acostumbrados a mandar al técnico de turno a la pared para que responda por la falta de estrategia de la Federación.
Bien lo dijo el colombo-argentino, exarquero de nuestra selección y de Boca, Carlos Fernando Navarro Montoya, en su cuenta de Twitter: “Espero que Pékerman para Colombia sea un proyecto, no una apuesta. Esto último sólo dura lo que tardan en llegar los malos resultados”.
Cambiar este gris con Pékerman, también dependerá de que el DT blinde las convocatorias, que no tenga que someterlas a la aprobación de nadie, ni del comité ejecutivo ni de Comesaña ni de ningún periodista.
Deberá olvidarse de dormir con el enemigo, es decir, con ningún empresario de jugadores. Porque para citar otra canción de Fito, “dormir contigo es estar sólo dos veces, es la soledad al cuadrado”. A los empresarios no les importa si clasificamos o no. Les interesa vender jugadores al exterior y llenar sus bolsillos.
Aunque tarde, acertaron quienes contrataron a Pékerman, así fuera bajo presión de Juan Manuel Santos. No podemos olvidar que Pékerman entra con el agua al cuello, de sexto en la eliminatoria y con dos juegos de visitante.