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Inestabilidad

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Antonio Casale
21 de octubre de 2008 - 02:12 a. m.
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Cuando el objetivo y la estrategia para lograrlo están definidos, no hay tropiezo que valga para hacer cambios a mitad de camino por difícil que sea el presente. Algunos equipos del fútbol colombiano siguen cambiando de director técnico al son de la primera crisis, como si esto garantizara recomponer la campaña aunque los números recientes demuestren todo lo contrario.

El semestre pasado asistieron a los cuadrangulares ocho equipos que durante la temporada regular sostuvieron a sus entrenadores a pesar de los altibajos, ninguno de los que cambió al estratega clasificó a semifinales. Supieron aguantar los vaivenes de la irregularidad de nuestro fútbol.

La tabla de posiciones actual demuestra que de los ocho equipos provisionalmente clasificados, cuatro (Deportivo Cali, Pereira, Medellín y Júnior) han soportado duras crisis durante el torneo, pero sostuvieron a su técnico y la tabla hoy les sonríe.

A esto hay que sumarle lo del líder Tolima, mantuvo en el cargo a Hernán Torres, colero el pasado semestre y líder absoluto en el presente. De los equipos que hoy ocupan las posiciones comprendidas entre el noveno y el 18, hay seis que tienen algo en común, han cambiado de orientador y está solución no les ha dado resultado, esperando eso sí la reacción del Bucaramanga y la decisión del Once Caldas en torno a la continuidad de Jorge Luis Bernal.

En cambio equipos como Quindío y La Equidad, que arrancaron muy mal en cuanto a números, mantuvieron a Alexis García y a Néstor Otero y su fútbol, y los recientes resultados aún les permiten soñar con clasificar.

El cambio de entrenador es sólo la demostración de que la estrategia no estaba clara desde el principio y, como siempre, hacer el relevo es la salida fácil por parte de los directivos, quienes así ponen su cuota de sangre deportiva salvando sus gestiones a pesar de la debacle final. Ojalá de ahora en adelante tengan en cuenta los números y lo que la historia reciente dice, y aprendan a tener cabeza fría en los momentos duros, porque es más fácil salir de la olla con el mismo entrenador que con uno nuevo.

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