Publicidad

La confianza.

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Antonio Casale
03 de julio de 2014 - 03:37 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Si algo caracteriza al equipo de todos es que juega suelto, sin temores ni complejos.

Un reconocido entrenador me preguntaba cuál iba a ser el legado de Pékerman para el fútbol colombiano, pues él aún no encontraba ninguno. Le respondí que es evidente que el argentino no ha descubierto una manera diferente de jugar ni ha revolucionado la táctica ni la estrategia del balompié mundial. Pero haciendo la fácil, que parecía bien difícil, logró algo que parecía impensado a nivel de selecciones: liberar de complejos a nuestra selección.

Atrás quedaron los tiempos en que el equipo, en cabeza de su entrenador, prefería ir a cine antes que enfrentar a España, sentimiento que el líder trasladaba al grupo consciente o inconscientemente. Son cosa del pasado los complejos sistemas defensivos, que no eran otra cosa que la falta de confianza en esta generación de jugadores que difícilmente volveremos a tener y que todavía tiene mucho futuro.

Es que esos dispositivos tácticos funcionan cuando la materia prima escasea en cuanto a talento individual, como le sucede a Pinto. Entonces ahí los técnicos tienen que hacer un libreto riguroso en lo que tiene que ver con la cautela. Pero cuando en el equipo uno cuenta con tipos como James, Cuadrado, Ibarbo, Jackson, Armero o Zúñiga, la lógica indica que lo que hay que hacer es dejarlos ser.

Eso lo entendió Pékerman y ahí radica la clave de su éxito. Fue él quién se adecuó al grupo y no pretendió que fuera al revés. A partir de ahí los jugadores se sintieron más seguros en lo individual y después en lo colectivo. De manera que el miedo de otros años no hace parte de este grupo. El viernes frente a Brasil no habrá complejos. Podrá ganar o perder Colombia; lo que es seguro es que los locales la van a tener difícil. Al frente no habrá un equipo pensando en la historia, como siempre fue. No, al frente tendrán a un colectivo convencido de que no hay límites, y cuando eso sucede la táctica y la estrategia son simplemente requisitos por cumplir en la cancha, pasan a un segundo plano.

Pase lo que pase en Fortaleza, lo que ha logrado Pékerman liderando a estos muchachos debería servir como espejo para todos los colombianos que tienen como responsabilidad el liderazgo de una familia, un grupo de trabajo o un proceso en donde se involucre a más de una persona. La clave es la confianza y esta es la consecuencia de conocer al grupo, de trabajar en fortalecer las cualidades más que en mejorar las debilidades. Así se cambian mentes, así se escribe la historia.

Conoce más

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.