El sábado antepasado, según información oficial de la World Athletics, máxima entidad del atletismo, la Universidad de Pekín llevó a cabo la primera competición deportiva después del parón por el coronavirus. La doble campeona del mundo de lanzamiento de peso, Gonj Lijiao, consiguió la mejor marca mundial del año, con 19,70 metros. La parada atlética se disputó a puerta cerrada, por supuesto, pero marcó el regreso del deporte a China, después del confinamiento obligatorio al que por cerca de ocho semanas se sometió toda la población para detener el avance de la COVID-19.
La mitad de los integrantes del equipo de fútbol de tercera división Wuhan Three Towns Fútbol Club, que convoca entre 2.000 y 4.000 personas cada vez que juega, comenzó trabajos de acondicionamiento físico en la isla de Hainan, a 1.500 kilómetros de Wuhan. Todavía hay 10 futbolistas en confinamiento en sus casas tras poco más de dos meses desde que fue impuesta la medida.
La piloto colombiana Tatiana Calderón se prepara para competir el primer fin de semana de abril en Suzuka por la primera válida de la Superfórmula japonesa. Esta semana tendrá que afrontar los dos primeros test oficiales. La Liga de Baloncesto Profesional se reanudó tan solo tres semanas después del parón por el coronavirus, eso sí, se volvió a suspender porque las grandes estrellas norteamericanas se fueron a su país huyendo del virus, que paradójicamente hoy está controlado en el país nipón tras tomar medidas drásticas de manera rápida y, por el contrario, en Estados Unidos avanza ferozmente. Los integrantes de los equipos de fútbol y béisbol ya comenzaron su reacondicionamiento físico y el comité organizador de los Juegos Olímpicos definirá en cuatro semanas si hay aplazamiento o se disputan a mitad de año.
En Bélgica, la medida de confinamiento obligatoria ha sido acompañada de una recomendación especial: hacer deporte al aire libre bajo ciertas sugerencias, como no compartir hidratación y mantener el distanciamiento social. De esta manera los parques públicos se ven poblados con gente que sale a montar bicicleta, a trotar o simplemente a caminar.
Por acá estamos apenas entrando a la peor parte de esta pesadilla, pero los ejemplos de los lugares del mundo en los que se abordó la crisis de manera seria y con la participación de los ciudadanos, como principales responsables, sirven como espejo para mirar un futuro cercano en el que el deporte volverá para seguir sirviendo de catarsis para la sociedad. Hay luz al final del túnel, es solamente cuestión de ser juiciosos por un tiempo. ¡Vamos!
