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Este jueves comenzará otro sueño mundialista. La Copa América es pasado. La vida sigue y el equipo de todos debe afrontar de nuevo el que sin duda es el torneo más difícil del planeta, la eliminatoria al Mundial, capítulo Suramérica.
Serán dos años y medio de un trayecto que tendrá largas pausas, como la del primer semestre del otro año, en la que prácticamente no habrá competencia. Por eso hay que afrontarla partido a partido, pero con la atención puesta en el futuro, porque de lograr el tiquete, seguramente no serán los mismos de Brasil los que nos representen en Rusia, aunque algunos logren repetir.
Por eso acierta Pékerman con la primera convocatoria del sueño mundialista. Es la mezcla perfecta de experiencia y juventud para emprender un largo viaje como lo son las eliminatorias. Respeta la trayectoria de los que llevaron al equipo tan lejos como nunca se había logrado, pero también continúa con el proceso de recambio con el que comenzó en la Copa América, sobre todo en la retaguardia. Si algo funcionó en Chile fue la defensa, y la juventud es protagonista en esa zona del campo. La confirmación de Arias por el sector derecho y el rápido relevo a Yepes por parte de Murillo, quien ha cumplido con creces. Seguramente el jueves Frank Fabra hará su debut oficial como lateral izquierdo de Colombia, con lo que se completaría un 75% de recambio en la defensa en poco más de un año. Meza y Palacios son otros dos hombres jóvenes que harán parte de este proceso mundialista y estarán desde ya.
En el medio campo se respeta la trayectoria de los Sánchez, Guarín y Cuadrado, pero también se vinculan nombres como los de Cuéllar y Barrios. Ante la ausencia de James y muy posiblemente de Macnelly, un joven bien preparado como lo es Edwin Cardona. Incluso, adelante, donde los nombres de Bacca, Teófilo y Jackson no admiten discusión, el técnico ha acercado a jóvenes como Santos Borré y Fabián Castillo. Ellos, rodeados del liderazgo de Falcao, quien a pesar de su ya dilatada mala racha, representa el liderazgo que se ha ganado, tienen los goles suficientes para clasificar en sus pies.
Pékerman es coherente con lo que pide el momento. Ha vuelto a confiar en los que tienen un derecho adquirido, pero les ha enviado un mensaje claro con la convocatoria de estos jóvenes, y es que nadie tiene el puesto asegurado. Eso sí, estará en los pelaos ganarse un lugar permanente en la selección. Los jugadores son los responsables de volver por la senda ganadora.
