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La orquesta del Titanic

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Antonio Casale
04 de marzo de 2012 - 10:21 p. m.
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Ese es el título del nuevo disco de Serrat y Sabina. Hace referencia a la famosa orquesta del indestructible barco que naufragó mientras los músicos tocaron sus instrumentos hasta el último instante.

Pasa en la vida, y por supuesto sucede en el fútbol, donde hay varias embarcaciones hundiéndose, sus músicos siguen tocando, impotentes porque aunque hagan lo mejor que pueden, llámense futbolistas o directivos, hay un punto en el que nada más se puede hacer, por incompetencia o porque sencillamente no dan mas.

El Cali es hoy el hazmerreír de la escena. Poseedor de la cantera más efectiva de nuestro país, en los últimos tiempos ha puesto en el concierto del fútbol mundial a jugadores como Michael Ortega, Muriel, Fabián Castillo, Manga y Héctor Quiñones, por citar sólo algunos casos. Contrastan estos descubrimientos con su difícil e inexplicable situación económica, solventada no por el dinero que dejó la venta de los derechos de algunos de estos jugadores, que no aparece en las arcas del club, sino por el bolsillo de alguien que ama al equipo y decidió meterle la ficha. Lo peor es que mientras la cantera sigue produciendo buenos jugadores, el equipo titular bien parece la escuadra de padres de familia de un colegio de Cali. La obesidad de jugadores como Viveros y Bizcayzacú no es digna de deportistas de alto rendimiento. Que un equipo como el Cali tenga que recurrir a cuarentones como Mondragón o mercenarios como Gabriel Fernández, con el respeto debido por su brillante pasado, deja mucho que desear.

También se hunde Millos, al que parece esta vez no le salieron las contrataciones, todas sin mayor cartel, que no se compadecen con el buen momento institucional del que se jactan los directivos. Parece que el paganini, una vez mas, será el pobre capitán del barco, quien ya en dos temporadas había hecho de humildes carpinteros buenos marineros. No se dan cuenta de que el problema está en cómo se contrata y a quiénes se contrata. Qué dolor ver como todos insultan a Páez mientras los músicos de la orquesta, destemplados por naturaleza, hacen lo que pueden para seguir tocando, aunque sean músicos de orquesta de poca monta disfrazados con el frac de la sinfónica.

Se hunden el Cúcuta y el Caldas en lo económico a pesar de las ayudas del gobierno. Se hunden en la B equipos históricos como el Unión Magdalena, el Bucaramanga y el Pereira. Se hunde el fútbol, al que sólo unos pocos tienen acceso a verlo por televisión, ante la soberbia respuesta que indica que si quieren ver fútbol pues cambien de operador, como si 70 millones de dólares les sobraran a los equipos y millones de colombianos pudieran cambiar tan fácilmente.

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